08 Enero 2021
Cada vez son más las personas que deciden probar lo que significa realizar su propio pan, es un plan ideal para aquellos que buscan una experiencia culinaria que va más allá del simple amasado. Algunos descubrieron este placer en el confinamiento obligatorio, mientras que, para otros, esta práctica forma parte de su vida cotidiana desde hace mucho tiempo. Eso sí, según afirman los que saben, hay que ser muy pacientes.
Lautaro del Monte, de 23 años y panadero de oficio transmite sus saberes a través de su Instagram. “Comencé a hacer pan por hobby en casa con mi mamá y le encontramos la vuelta. Hacer pan es algo súper apasionante y atrapante, cuando menos te das cuenta estás haciendo panes todos los días”, asevera.
EMPEZÓ COMO UN HOBBY. Lautaro del Monte se especializa en elaborar pan casero.
Cuenta que opta por un método ancestral y natural, el pan con masa madre. “Es un proceso que requiere de mucho tiempo, pero el resultado es gratificante”, afirma. “Los beneficios de la masa madre en comparación con un pan industrial son infinitos. Básicamente, el pan original se hacía así, se trata de rescatar un procedimiento milenario, pan con sabor a pan, es tomarse el tiempo para que todos los ingredientes se puedan explotar al máximo. No hincha, no cae pesado, tiene valor nutricional, es transformar el pan en un alimento verdadero”, agrega.
“La gente comenzó a interesarse por lo que come, qué es, de dónde viene y demás. El pan es de los alimentos que más consumimos. Hacer el propio es comprender lo que implica una hogaza de pan, el proceso completo, los ingredientes, cuidar el paso a paso. Al margen de lo gratificante que es sacar tu pan caliente del horno y darle un pellizco, también nos permite salir después y poder ser crítico de lo que consumimos, que es crucial, así crece nuestra gastronomía, sabiendo”, concluye.
Un sentido mítico
“La decisión (de hacer el pan en casa) llegó de la mano de la idea de llevar una alimentación más saludable, intentar comer lo mejor posible y obvio que disfrutar del buen sabor de un pan casero”, dice Sofia Lencina, de 20 años.
EN PLENA TAREA. Sofía Lencina prepara su clásico pan.
“Considero que este fenómeno se dio en la cuarentena, y no es casual, ya que estar tanto tiempo en casa se convirtió en una buena oportunidad para dedicarle tiempo a la cocina y disfrutarla aún más”, añade.
“Para mí hacer el pan tiene todo un sentido mítico, creativo y una sabiduría ancestral. Por algo en todas las culturas hay historias acerca de los panes”, sostiene Teresita Alcaide. Destaca que lo básico para que el pan no resulte un fracaso es hacerlo con placer y tener mucha paciencia. “La economía no es el primer factor por el cual decido hacer el pan, sino que considero que es más saludable, no tiene conservantes. Por otra parte, el pan industrializado es el que tiene mayor cantidad de sal y no es bueno para ciertas personas”, puntualiza.
Con la máquina
Una opción diferente es la máquina para hacer pan o panificadora, método que utiliza Diana Vallejo para elaborarlo. Se puede dejar programado para desayunar con pan recién horneado y afirma que, cuando los tiempos apremian, no hay como dejar el horno funcionando, y que haga todo. “Una vez que se encuentra la receta justa y el tipo de máquina que le guste a cada uno, los panes levan perfectamente y la variedad es increíble”, detalla.
Hace años que Diana no compra pan. “Me gusta saber qué se come en casa, economizar gastos, tener siempre pan fresco y poder hacerlo al gusto de cada uno”, señala. “Para los que tenemos unos cuantos años, tendrá que ver con las cocinas de las abuelas, con las viejas mesas de madera siempre con un pan levando bajo un paño, el aroma inconfundible, la tibieza del horneado, el sanguche de mortadela con pan casero al volver de la escuela ¡Cómo no ser terapéutico! Y en los jóvenes, supongo que todo lo que lleve al querer volver a lo natural y auténtico es un boom”, afirma.
La mirada desde la nutrición
En cuanto a los beneficios de hacer tu propio pan, las nutricionistas Mariana y Gabriela Pons sostienen que se pueden elaborar panes variados y seleccionar todos los ingredientes para lograr un alimento más saludable ¿Qué recomiendan? Utilizar harinas integrales y semillas para aumentar su contenido de fibras, menor cantidad de sal, agregar especias naturales para potenciar su sabor y aroma, sustancias bioactivas (polifenoles) beneficiosas para la salud, como aquellas presentes en la cebolla, el ajo y algunas hierbas aromáticas como orégano o romero.
Respecto de con qué frecuencia y en qué cantidad es recomendable consumir pan, las nutricionistas aconsejan: “Depende de cuál sea el objetivo, pero recomendamos que se consuma con moderación, como alternativa de desayunos o meriendas en reemplazo de otras fuentes de energía, como cereales de desayuno o, avena, frutas, siempre respetando cantidad y prefiriendo productos integrales ricos en fibra”.
También explican la diferencia entre el pan de masa madre y el de masa común: “El de masa madre no lleva levadura; la harina y el agua se fermentan para que se eleven y se conviertan en la levadura de otros panes. Tienen un proceso más lento, aproximadamente cinco días mezclando y agregando agua y harina. Tienen distinto sabor y olor, es más ácido, textura más chiclosa y corteza más gruesa”.
También aclaran que la presencia de ácidos orgánicos producidos por la fermentación de masa madre, “posiblemente esté involucrada en el beneficio de nuestro metabolismo, pero la evidencia sobre su eficacia aún es poco clara”. (Producción periodística: Mariana Ávila)’
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