El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció un confinamiento estricto para Inglaterra que durará al menos hasta el 15 de febrero, y que incluye el cierre de los centros educativos, unas medidas drásticas en respuesta al incremento sin precedentes de las cifras de contagios.
Johnson dijo que la consigna es “quedarse en casa”, igual que en el primer confinamiento, en marzo. “Las próximas semanas serán las más duras hasta ahora, pero creo que estamos en al última fase de la lucha. Quédense en casa, protejan el sistema sanitario y salven vidas”, remarcó.
Las nuevas restricciones anulan el sistema de niveles de alerta por zonas. Solo se podrá salir de casa en cinco casos: trabajo si no se puede teletrabajar, compra imprescindibles, una vez al día para hacer ejercicio cerca de casa, para cuidar o ayudar a personas vulnerables o por motivos sanitarios o huir de una amenaza de daño o violencia. Escuelas y universidades funcionarán de forma telemática a partir de hoy y los jardines de infantes podrán seguir funcionando, aunque respetando los grupos burbuja.
Johnson recordó que los hospitales están bajo una presión mayor que al inicio de la pandemia y la cifra de hospitalizados por coronavirus es un 40% superior al de abril. (Europa Press)