“Ya hemos colocado 3.948 vacunas (sobre un total de 5.400 dosis Sputnik V que llegaron a Tucumán). Esto significa que el 77.8% del padrón del personal de salud está vacunado”, anticipó en una entrevista exclusiva con LA GACETA la ministra de Salud, Rossana Chahla. “También hemos estudiado los efectos, no digamos adversos, sino síntomas que pueden aparecer en las personas vacunadas. (ver cuadro por separado). En general son exactamente los mismos efectos que los que lugar con la vacuna gripal y con otras también”, cuenta la ministra que ha liderado la lucha contra la pandemia en Tucumán desde que se inició.
- ¿Cuál es la planificación estratégica que tiene en mente la provincia para hacer frente a esta segunda ola de contagios?
- La planificación estratégica está, por un lado, con focalizada en el control de la frontera, sobre todo con los extranjeros, para poder detectar y buscar que no tengamos la cepa nueva de coronavirus. Por el otro, tenemos pensado profundizar todas las acciones de búsqueda activa de pacientes sintomáticos y asintomáticos. También queremos ampliar la vacunación a las personas mayores de 60 años, que son las más vulnerables. Y poder vacunar, en la medida en que tengamos vacunas, a las personas de entre 18 y 59 años con factores de riesgo.
- ¿Qué va a pasar con las otras patologías que no son covid?
-No vamos a desatender las otras patologías. Si bien seguimos atendiendo en el hospital, mucha gente dejó de ir o de hacerse los controles por temor a los contagios dentro de los hospitales. Para eso vamos a prever una consulta programada, a través de un call center nuevo. No va a ir la gente a hacer cola para sacar turno, sino que van a ser todos los turnos de consultoría externa. Todas las especialidades van a tener turnos programados, respetando todos los protocolos, para que no haya gente en sala de espera. Vamos a dar un tiempo entre un paciente y otro para evitar que se contagien. Este es nuestro mayor desafío, que ya lo estamos haciendo para todas las especialidades.
- ¿Cómo se trabajará con detección temprana?
- Vamos a trabajar mucho en la prevención del cáncer de las mujeres, como cáncer de cuello, de mama y otros. Programamos una estrategia activa con test de VPH (Virus del Papiloma Humano) a través de una auto-toma de la muestra que luego se van a buscar a domicilio. Se van a dar los turnos programados para mamografía y ecografía de control mamario. Con el mismo sistema de auto-toma la persona obtiene la muestra para el estudio de cáncer de colon. Con esto decimos que la estrategia está puesta en tres partes: por un lado, en tema Covid: estrategia de fronteras, búsqueda de febriles, aumento de hisopados, búsqueda activa de febriles, de sintomáticos y asintomáticos. Con lo que no es covid, turnos programados para todas las especialidades médicas. Y con respecto a la patología oncología vamos a salir en búsqueda activa de cáncer de cuello de útero, turnos programados para mamografías y detección del cáncer de colon, que son los más frecuentes.
- ¿Qué balance hace de 2020?
- Hoy, después de que la pandemia ha cobrado 1.600.000 víctimas en el mundo, y más de 71.000.000 millones de contagiados, es imposible comparar el impacto sanitario de esto con otras epidemias. Es el desastre sanitario mayor de la historia en términos de vidas que se fueron y de secuelas físicas, psicológicas, sociales y económicas.
Fue muy difícil al principio comenzar a trabajar aceleradamente en un escenario donde aún no estaba el virus ni tampoco había experiencias en el mundo evitar la propagación que ya evidenciaba un alto grado de transmisión y de letalidad en personas mayores y con comorbilidades. En marzo tuvimos el primer caso en la Provincia, el virus había llegado a nuestras tierras.
-¿Cómo fue el trabajo?
- Nuestro mayor desafío fue desarrollar aceleradamente, pero con trazadoras de eficacia y eficiencia técnica y científica, la vigilancia epidemiológica: sanidad de fronteras, fortalecimiento del sector, capacitación y refuncionalización del recurso humano, lograr más camas de terapia, adquirir e instalar respiradores, preparar unidades de aislamiento para no saturar los hospitales, controlar el ingreso de personas que venían del extranjero y luego de otras provincias que ya tenían circulación viral, instalar en la ciudadanía la responsabilidad en las normas de bioseguridad, fortalecer el laboratorio de Salud Pública ... y podría seguir mencionando esta reconversión maratónica de un Sistema de Salud, que tuvo que adaptarse para mitigar los daños de la pandemia.
- ¿Qué significó tener el COE?
- La provincia constituyo el COE, presidido por nuestro gobernador, donde estaban representadas todos los sectores públicos y privados, sin banderas políticas. Fue una muestra de éxito del trabajo mancomunado y con un solo objetivo, estar juntos como tucumanos para lograr que el impacto de la pandemia nos ocasione el menor daño posible. Ojalá esta estructura perdure y logremos trabajar de la misma manera más allá de la pandemia. El COESalud fue el equipo multidisciplinario que desde el primer día me acompañó en la logística y en el monitoreo de la evolución de la pandemia. Sin estos equipos hubiese sido imposible esta lucha diaria. Sin embargo, la carga aún más riesgosa y expuesta la soportaron los médicos, enfermeros, personal de limpieza, bioquímicos, farmacéuticos, kinesiólogos, técnicos y demás personal, que asumieron con extrema responsabilidad y vocación la atención a los pacientes. Hoy son nuestros héroes, nuestro ejemplo y orgullo. En este frente de batalla perdimos seres muy queridos y que nos dejaron un gran dolor con su partida. Fue el costado más doloroso de este escenario de incertidumbres diarias.
- ¿Cuál fue el peor momento epidemiológico en Tucumán?
Tucumán tuvo una curva alta , de 1500 casos por día, que se sostuvo durante tres días y comenzó su descenso. Aquellos tres días fueron los más largos de mi vida y de todo el personal que se encontraba en la trinchera. Fue tan intenso el trabajo para evitar más ascenso en la curva, que nos fuimos a buscar los casos positivos en los barrios, en la peatonal, en los grupos de trabajos esenciales. No queríamos ver morir más a nadie, necesitábamos detectar a los asintomáticos para que no siga el contagio. En un trabajo sin descanso, aislamos miles de tucumanos en los centros de aislamientos para evitar más internaciones y propagación. Y aquel día, cuando los casos comenzaron a bajar, redoblábamos las estrategias de búsquedas de febriles y de asintomáticos. Nuestro personal trabajaba sin descanso.
- ¿Qué espera de ahora en adelante?
- Hoy cerrando el año, podriamos leer un horizonte más esperanzador por la oportunidad de la vacuna, aunque sabemos que nos queda un camino largo para tener inmunidad de rebaño en la población. La aparición de la segunda ola en los países europeos nos vuelve a poner en una situación de extrema vulnerabilidad, pero con aprendizajes diferentes, con mayor conocimientos científicos y técnicos y estaremos nuevamente adelantando estrategias para minimizar los daños de esta pandemia inédita y mutilante de derechos.