Fueron los primeros que le pusieron el cuerpo al coronavirus. Lo enfrentaron sin medir consecuencias sólo porque era su trabajo y de ellos dependía en gran parte que el virus no se diseminara. Y ayer fueron ellos los que pusieron el brazo para recibir la primera dosis de la vacuna con la esperanza de quedar inoculados y poder alcanzar la inmunidad en unos 40 días. En el Autovac del Ministerio de Salud, 80 médicos Centinelas, encabezados por el Coordinador José María Mansilla, se sumaron a la campaña que comenzó el martes luego de que la Sputnik llegó a Tucumán. “La vacuna es una esperanza ante este virus que nos atacó de imprevisto a todos”, aseguró Gladys García, la primera en recibir la dosis.
Desde el comienzo de la pandemia ellos fueron los encargados en toda la provincia de realizar los hisopados correspondientes a aquellas personas que presentaban síntomas de COVID-19. Entre el grupo de profesionales que recibió la dosis había médicos, enfermeros, kinesiólogos y hasta choferes de las ambulancias en las que se trasladan. Con la llegada del virus a la provincia, los profesionales dejaron de lado sus trabajos regulares para pasar a formar parte de este grupo de primera línea y ayudar a hacerle frente a la pandemia durante estos meses. Hasta el momento, el 70% de los casos contabilizados en la provincia fueron de muestras tomadas y registradas por estos médicos, y luego de su esfuerzo se decidió que debían estar dentro del grupo de los primeros tucumanos en recibir la vacuna.
Gladys García, se encarga de los hisopados en el control del paso limítrofe Santiago del Estero - Tucumán y fue la primera del día en recibir la dosis. Luego de haber vivido unos meses de tanto riesgo, mientras esperaba sentada unos minutos después de la vacunación, contó que se encontraba feliz y llena de esperanza, pero afirmó que la batalla todavía no termina. “Salir a trabajar y volver a la casa con miedo de llevar el virus a nuestra familia era de terror, pero el día a día nos iba haciendo más fuertes. Hoy estoy con esperanza de que estemos más cubiertos para seguir en la lucha. Seguimos al pie del cañón”, aseguró la profesional.
A la espera de otra dosis
El médico José María Mansilla también se encontraba dentro de la lista de los profesionales que recibieron la dosis. En su caso, a la aplicación se la realizó, a pedido suyo, la ministra Rossana Chahla. Satisfacción y esperanza fueron las palabras que utilizó para describir el momento en el que recibió la vacuna. “Estoy muy agradecido con el Ministerio de que me dio la oportunidad de trabajar en esto y que además me seleccionó en el grupo para ser vacunado”, recalcó, y además aseguró que a partir de ahora se encuentra a la espera la segunda dosis para completar el ciclo de inmunidad. Dentro de su agradecimiento incluyó a sus familiares y expresó que ellos estaban esperando hace mucho este momento. Mansilla fue uno de los más expuestos en este grupo y de hecho varias veces relató el esfuerzo que debió hacer para salvaguardar a su familia de un posible contagio.
Descompensado
En el transcurso de la jornada, el kinesiólogo Gonzalo Manucci debió ser atendido ya que le bajó la presión luego de haber sido vacunado. Tras un chequeo, las autoridades comentaron que el hombre estaba en ayunas y que “le bajo el azúcar”, lo que provocó junto con el calor de la mañana, una descompensación.
Sin ningún otro tipo de inconveniente, la vacunación fue un proceso de mucha alegría para los presentes. Como el caso de Silvia Rojas, una enfermera que se mostró muy emocionada por lo que estaba viviendo. La mujer contó que luego de toda la incertidumbre atravesada y las vidas que se perdieron en el camino desde que empezó a hisopar, poder acceder a una vacuna hoy es una buena manera para finalizar el 2020. “Siento un gran orgullo, esperanza y alegría. Orgullo por haberme venido a vacunar y alegría por ya tenerla puesta. En el momento dije que sí. Haberme vacunado hoy es una buen amanera de terminar el año”, aseguró.