Indagar en la creatividad teatral de Emilio García Wehbi

Emilio García Wehbi es uno de los creadores teatrales más innovadores de la escena argentina de los últimos 30 años, desde que deslumbró con El Periférico de los Objetos hasta el presente, con sus puestas y su dramaturgia.

En “La herida y el cuchillo”, el teatrista que nunca aparece sobre el escenario se convierte en el foco de la atención. La película de Miguel Zeballos, que se estrenará hoy a las 22 por Cine.ar TV (desde mañana estará en Cine.ar Play), más que hablar de él lo retrata en acto hasta su más milimétrica expresión, aunque sin invasión alguna según le dice el protagonista a LA GACETA: “por la discreción del equipo hubo gran cantidad de veces a lo largo de estos cinco años de rodaje, en los que me olvidaba que estaba siendo filmado, lo que permitió lograr imágenes espontáneas; sí me sentí un poco raro cuando ví la película, porque la idea interna de lo que es la propia imagen hacia afuera suele ser muy distinta de la que realmente se muestra, por lo que pude conocer cómo era mi yo exterior, social”.

García Wehbi confiesa que el filme “entra en la cocina de los procesos creativos, poniendo el acento en la relación sensible entre los cuerpos y las personas, uno de los elementos constantes de mi trabajo, aunque la ausencia de una narrativa lineal le asigna la responsabilidad al espectador de armar su propio relato, del mismo modo en que buscan hacerlo en mis trabajos escénicos”.

La pandemia le dio tiempo a escribir su segunda novela y a armar una instalación escénica que se llamó “65 sueños sobre Kafka”. Cuando las restricciones se relajaron, concretó una gira por España para actuar en los festivales de Otoño de Madrid y en el de Cádiz. Esas experiencias reforzaron su concepción de que el teatro “es sin duda, única y exclusivamente, presencial”. “El streaming evita la presencia, y le arrebata la idea de acontecimiento vivo, lo poco que ya le quedaba de performatividad”, remarca.

Una experiencia fuerte

Zeballos eligió a García Wehbi luego de ver su espectáculo “Hécuba”, en 2011. “El impacto fue tan fuerte que antes que terminara la obra ya había decidido hacer la película. En la etapa final, entendí que podía asumir nuevas capas y que además de un documental y una biografía, podía ser un ensayo sobre el cuerpo”, describe.

El filme se vio en el reciente festival Bafici en la sección "Artistas en acción". “Las categorías se imponen de manera externa al trabajo; no busco ni pretendo que mis películas entren en un género, pero me cuesta llamarlas documentales”, admite.

El realizador también dirige teatro, lo que implica otro puente tendido con su objeto de análisis. En su experiencia, teatro y cine “conviven cotidianamente, tengo tantos proyectos para uno como para otro, y hay uno en particular que combina las dos ramas: la ‘Pentalogía Jean Genet’, que consiste en cinco obras dramáticas que dialogan con los textos políticos del autor francés con una mirada contemporánea y una película que estoy filmando entre Francia y Argentina”.