Si el Atlético de la primera fase de esta Copa Maradona fue letal como un virus desconocido, estamos en condiciones de afirmar que sus rivales ya encontraron la vacuna. Aquel equipo que destrozaba los sistemas futbolísticos que se le ponían en frente al mínimo contacto o acercamiento, hoy sinceramente no daña en lo más mínimo. El principal daño lo sufre el equipo con una derrota como la de anoche y con la confirmación, de boca de Ricardo Zielinski, de que dejará oficialmente de ser el técnico del club al final del torneo.
No pudo con San Lorenzo anoche, mucho menos con Banfield y tampoco con Talleres en Córdoba. El equipo tuvo todo a favor para ganarle al “Ciclón”. Sí, todo. A pesar de que nunca estuvo arriba en el marcador, tuvo todo a favor. Estaba 1-1, con un hombre de más, ante un equipo con muchos juveniles que sí o sí debía ir a buscar la victoria. A ninguno le servía el empate, claro. Mucho menos una derrota 1-3 como la que encajó Atlético. El Atlético de la primera fase ganaba incluso cuando tenía todo en contra, como ese partido ante Arsenal que dio vuelta en tiempo de descuento. El Atlético de la segunda fase todo lo contrario.
Este equipo parecía tener también todo a favor en el torneo pero “los bajos rendimientos individuales”, según Zielinski tras el partido, le privaron de avanzar a la final de esta inédita copa. Pero como todo en la vida, las responsabilidades son repartidas y el entrenador, que dijo que no seguirá siendo el técnico del club, también hizo su parte en esta parte del torneo. Los cambios no ayudaron demasiado, un pecado que el DT repitió en esta fase. La salida de Guillermo Acosta (había entrado al equipo para darle equilibrio al medio campo) volvió a dejarlo descompensado. El retraso de Leonardo Heredia que había lastimado mucho le quitó peso ofensivo. Para colmo, ninguno de los que entró pudo hacer demasiado para torcer la historia.
Un tiempo completo con un jugador de más, el marcador empatado y el rival desesperado por ir a buscar la victoria. ¿Cuántas veces se presenta esa oportunidad? Pocas, muy pocas.
Aquel equipo que ilusionó a fuerza de fútbol, goles y triunfos, es el mismo que queda eliminado tempranamente en esta Copa. La última imagen no es nada buena pero las anteriores son más que buenas.
Algo similar sucede con Zielinski. Estos pasos en falso no deberían empañar sus mas de tres años y medio en el club. Antes del balance, deberá jugar dos partidos mas. Y pese a que no jugará por nada, espera querrá irse con una sonrisa.