El almacén se movió, pero no está "salvado"

“A diferencia de muchos otros rubros, el nuestro se mantuvo activo durante toda la cuarentena, al igual que las ferreterías, por ejemplo. Con el correr de los meses se fue normalizando, pero durante las primeras semanas se vendió muchísimo, porque al estar encerrado, todo el mundo se puso a cocinar”, destaca Santiago Pérez, dueño de un almacén de barrio Sur.

“Productos como leche, manteca, dulce de leche y crema de leche, que sirven para preparar muchas cosas, te lo sacaban de las manos. También los productos de limpieza como lavandina, alcohol, aerosoles desinfectantes, repelentes, jabones, rollos de cocina, servilletas y papel higiénico. Muchos tenían miedo de que hubiera desabastecimiento. Y para completar el top de los más buscados, también se vendieron muchos caramelos, preservativos, snacks y cerveza”, detalló.

No obstante, desmiente que se haya salvado. “Sí, se vendió bien, pero no fue el negocio del año, como muchos creen -apuntó-. También había muchas cosas que pagar, como servicios, alquileres y sueldos, que habían aumentado. Además, surgieron muchos almacenes en la cuarentena, justamente porque era uno de los rubros que seguía habilitado”.

El servicio de delivery fue fundamental para trabajar durante la fase más estricta del aislamiento. “Ya contaba con un servicio, pero empecé a hacer entregas en la moto o en la camioneta. Gente que realmente no podía venir al negocio. Al principio me paraba mucho la policía, tenías que mostrar lo que llevaba en las bolsas o abrir la caja de la camioneta, pero ya después me reconocían y me dejaban pasar”, cuenta. Y aunque la situación ya se ha normalizado bastante, comenta que aún subsisten ciertas conductas de la cuarentena. ¿Por cuánto tiempo? Imposible saberlo.