26 Diciembre 2020
GESTO DE AMOR. Asi define Denise su participación en las p´ruebas. reuters
SAN PABLO, Brasil.- Desde médicos cansados de ver morir a pacientes hasta familiares que perdieron a sus seres queridos, miles de brasileños se ofrecieron como voluntarios para los ensayos de la vacuna contra la covid-19, en uno de los países más afectados del mundo, con la esperanza de que su heroísmo silencioso salve vidas.
El país más grande de América Latina se convirtió en un importante campo de pruebas para las vacunas, debido a la escala del brote, que ha visto a más de 7,3 millones de personas infectadas y más de 180.000 muertas por el coronavirus.
Denise Abranches, de 47 años, coordinadora de odontología en un hospital de San Pablo, fue la primera voluntaria fuera de Gran Bretaña en recibir la vacuna de prueba de AstraZeneca Plc . “Fui testigo de muchas muertes solitarias aquí: pacientes que no podían despedirse de sus parientes; parientes que no podían despedirse de sus seres queridos. Cuando llegó el ensayo de la vacuna, me uní de inmediato”, dijo. "Este esfuerzo global de voluntarios en busca de una vacuna será recordado y pasará a la historia”, dijo. “El gesto de amor de los voluntarios. Así me gustaría que me recordaran”.
Además de la vacuna AstraZeneca, Brasil también albergó ensayos para Johnson & Johnson, Pfizer Inc y su socio BioNTech, y Sinovac Biotech Ltd de China.
El presidente Jair Bolsonaro, criticado por su manejo de la pandemia, se comprometió a no tomar ninguna vacuna, incluso si es aprobada por las autoridades de salud de Brasil.
Para los voluntarios, en cambio, participar de los ensayos les devuelve alguna sensación de control sobre la situación. Algunas, como Monica Aparecida Calazans, una enfermera brasileña que participó en la prueba de Sinovac, sintieron la obligación personal de contribuir. “Mi hermano, que tiene 47 años, tuvo covid-19", dijo. “Si no me pongo la vacuna, nunca sabremos si funciona o no”.
El centro biomédico que lleva a cabo los ensayos de Sinovac en Brasil, el Instituto Butantan, dijo que la vacuna alcanzó el umbral de eficacia del 50% establecido por el regulador.
Bolsonaro, un nacionalista de derecha crítico de la influencia china en Brasil, se opuso a la vacuna de Sinovac por razones políticas. Además, atacó las medidas de confinamiento y minimizó la gravedad del virus, lo que, según sus críticos, tuvo influencia en la propagación de la enfermedad en Brasil, que tiene un gran número de muertos entre sus 210 millones de habitantes.
"Lo más duro de la pandemia ha sido la sensación de impotencia”, dijo Ana Hial, una médica que también forma parte de la prueba de AstraZeneca.
Los voluntarios del ensayo no saben si están recibiendo la vacuna o un placebo, lo que significa que incluso si las vacunas tienen éxito, es posible que no hayan estado protegidos. (Reuters)
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