Soledad Aguirre, es una tucumana que reside en Bélgica desde 12 años. Conoció a su marido en un viaje de Cafayate a Tucumán, y a los pocos meses en enero de 2008, dejó todo y se fue a emprender una vida desde cero en Europa, fue un “volver a nacer”, como lo define ella.
Instalada hace más de una década relató en diálogo con LA GACETA, como se vive en el país del viejo continente la pandemia de covid-19 que le ha dejado imágenes difíciles de olvidar.
“La primera ola de la pandemia fue devastadora. Todos los días cientos de personas, sobre todo ancianos fallecían a causa del virus. Un día una ambulancia vino a la casa de una vecina y se llevaron a su marido que se contagió de coronavirus, y nunca más lo volvió a ver”, relata Soledad.
Hasta este martes, Bélgica registra un total de 626.911 casos de coronavirus, que marcan un incremento de 981 nuevos casos con respecto al día anterior, de acuerdo a las cifras difundidas por el Ministerio de Salud Pública. El país ocupa el puesto número 22 respecto a los casos de covid-19.
“El verano permitió distender mucho la situación, incluso con mi familia viajamos a Francia y no hubo problema, pero a partir de septiembre los casos empezaron a crecer y la situación volvió a ser compleja”, comentó. “Acá cuando la curva volvió a crecer se cerró todo. Si bien, muchos desobedecen las medidas, la mayoría de la gente la cumple porque el miedo está muy presente”, agregó.
La pandemia le permitió a Soledad, volver a retomar sus estudios y cursar desde la distancia la carrera de diseño de interior, que se dicta en la facultad de Arte de la provincia. “Era una cuenta pendiente, es verdad que por la diferencia de horario era complicado, pero lo voy manejando bastante bien”, cuenta entusiasmada.
Estas fiestas serán distintas para ella y su familia. El gobierno de Bélgica permite reuniones de un máximo de cuatro integrantes por familia y solamente se puede optar por festejar Navidad o Año Nuevo, no las dos festividades.
“Aquí ya se está hablando de una tercera ola”, cuenta. Consultada sobre la disposición de la gente a recibir la vacuna, comentó: “hay una gran confianza hacía la vacuna, la gente quiere acabar con esto y poder retomar su vida. Uno de los factores de esa confianza, es que los políticos acá dan el ejemplo y la gente confía en ellos”, sentenció.