Si las innumerables polémicas que envolvieron a la Primera Nacional desde marzo, cuando la AFA decidió frenar la temporada y nivelar a todos los equipos, parecían grandes; basta con mirar lo que sucedió en las tres primeras fechas del nuevo torneo para darse cuenta que en calle Viamonte parecen hacer méritos para superarse día a día.
Desde que la pelota se paró, hubo sólo un club que se cruzó de vereda y comenzó a criticar cada decisión. San Martín se sintió tocado y protestó. Luchó por sus derechos y hasta recurrió al máximo Tribunal Deportivo para encontrar algún tipo de respuesta. Sin embargo, el resto de las instituciones prefirieron mirar para otro lado. Callaron, se hicieron los desententidos y hasta firmaron cartas de apoyo para Claudio Tapia.
“Los ascensos se deben ganar en cancha. Es un año difícil por lo que debemos pensar en el bien de todos”, fue la frase de cabecera que utilizaron los dirigentes alineados al poder. Así definieron un torneo en el que los 32 equipos arrancaban casi con las mismas posibilidades de ascenso.
Cuando se definió el modo de disputa, muchos celebraron. Claro, el que había hecho la plancha durante ocho meses y había zafado del descenso gracias al guiño de la casa madre, estaba en igualdad de condiciones con aquel que había hecho bien las cosas. Pero luego de tres jornadas, en La Ciudadela ya no son los únicos que gritan a los cuatro vientos.
El sábado, Belgrano sufrió en carne propia el entramado afista. En la casa de Barracas Central (el equipo de “Chiqui”), le expulsaron dos jugadores, a su DT Ricardo Caruso Lombardi, le metieron un gol en tiempo de descuento y, como si eso fuera poco, personas que nada tenían que hacer en el estadio, invadieron el campo y agredieron a la delegación “Pirata”.
“Acá todos saben quiénes son los equipos que deben subir. Para qué nos hacen viajar y jugar. Que los asciendan y listo”, protestó Caruso.
Si bien el DT no nombró a nadie, los hechos demuestran que hay equipos que corren con viento a favor. Tigre, Barracas Central, Defensores de Belgrano, Mitre de Santiago y Riestra tienen peso específico dentro de la AFA. Para colmo, los errores arbitrales que se dieron en estas últimas semanas casi siempre favorecieron a estos clubes.
“Queremos que todos se animen a plantear los problemas”, pidió Jorge Franceschi, titular de Belgrano, luego de los bochornosos episodios en la cancha del “Guapo”.
Cuando muchos creían que el escándalo en Barracas-Belgrano podía freezar el problema, al menos por un tiempo, las designaciones de jueces para la fecha 4 de la Primera Nacional volvieron a encender las alarmas.
Lejos de ser parado por su pobre desempeño durante los últimos fines de semana, Nelson Sosa dirigirá Sarmiento-San Martín. Los números del correntino en 2020 no pasan desapercibidos. Dirigió ocho duelos, con seis victorias locales y dos empates, en los que expulsó a seis jugadores, cinco de los visitantes y uno sólo del local. Contando 2019, lleva 11 juegos sin que festejos visitantes.
Además, antes de su polémica tarea en Barracas, había expulsado a dos jugadores de Douglas Haig de Pergamino, en el partido contra Güemes, de Santiago del Estero, por el Federal A.
Pero eso no es todo. José Carreras, juez que estuvo el pasado sábado en Sarmiento-Defensores de Belgrano, duelo que se suspendió por un corte de luz que, de acuerdo a los dichos de Caruso Lombardi podría haber sido intencional, arbitrará Gimnasia de Mendoza-Tigre. En tanto que Diego Ceballos, otro árbitro con incontables polémicas sobre sus espaldas, estará presente en Villa Dálmine-Atlético de Rafaela.
Más allá de que pocos hablen de manera pública, cada vez son más los dirigentes que se quejan por lo bajo. Incluso, algunos allegados a Tapia y que antes de la pandemia tenían a sus clubes peleando por uno de los ascensos, comenzaron a quejarse de un supuesto beneficio a Tigre. “Todas las fechas le programan el último partido de la fecha. Siempre juega con todos los resultados puestos”, protestaron.
Cuando San Jorge se sentó en la final contra Alvarado, el fútbol del interior tuvo la oportunidad histórica de terminar con la farsa. Pero sus dirigentes miraron hacia otro lado y dejaron que todo siga su curso.
Sin embargo nunca es tarde para intentar cambiar la historia. Durante los últimos días, hubo llamados cruzados y voces de apoyo entre dirigentes que habían perdido el contacto tras los problemas que llegaron de la mano de la pandemia. San Martín ya no está solo; varias instituciones ahora le encuentra sentido a su sublevación. En la Primera Nacional la soga comienza a tensarse cada vez más. ¿Llegará a cortarse?
Críticas al por mayor
Castrilli lo anticipó
“¡Pobre Godoy Cruz! Contra Central Córdoba lo dirige Baliño”, dijo Javier Castrilli el lunes por la mañana. Esa tarde, el juez le otorgó un polémico penal al “Ferro”. “Federico Beligoy es el máximo responsable de lo que está ocurriendo en el arbitraje. Hay jueces que llegaron a Primera y que no son confiables. Adrián Franklin, Pablo Echavarría, Andrés Merlos, entre otros, hicieron partidos similares al de Nelson Sosa.
Crivelli desconfía de los árbitros
“Queda claro que todas las fechas hay equipos favorecidos y por lo general son siempre los mismos. Dejame desconfiar. No te podes equivocar todos los partidos”, sostuvo Federico Crivelli, futbolista de Temperley. Sobre sus historias en Instagram señalo: “Fueron para los que inventaron un torneo en el cual desprestigiaron todo un año de laburo para que sus equipos asciendan. Vergonzoso”, culminó Crivelli.
El fútbol argentino, bajo sospecha
“Presiden la AFA y la Liga Profesional pero sus clubes protagonizan escándalos de violencia y desórdenes financieros. Diego Turnes, el ex vice de River con Passarella acusado de “administración fraudulenta” es pieza clave en la movida. De ‘Chiqui’ Tapia a Tinelli, el fútbol está bajo sospecha”, publicó ayer el diario Clarín, detallando los desmanejos y polémicas que hay en calle Viamonte.