María de los Ángeles “Marita” Verón tenía 23 años y una hija de dos años cuando fue secuestrada, el 3 de abril de 2002, cuando iba a hacerse un chequeo ginecológico. A 18 años de su desaparición y tras casi una década de investitaciones, unas 50 mujeres fueron liberadas de redes de trata, hubo condenas, absoluciones, denuncias contra jueces, reconocimientos internacionales a su madre, Susana Trimarco, pero aún no se logró descubrir el paradero actual de Marita.
Hoy, la joven de sonrisa ancha y mirada serena, cumplirá 42 años, lejos de su familia, que la sigue buscando.
“En realidad -cuenta su madre- Marita nació el 12 de diciembre, pero estaba muy grave. Era sietemesina, muy chiquita, pesaba menos de dos kilos y hubo que hacerle transfusiones porque yo tengo sangre RH negativo. Su padre la pudo inscribir dos días después”. Este es, entonces, el día en que Susana Trimarco y su nieta, Micaela recuerdan el cumpleaños de Marita.
Desde el día de la desaparición, las investigaciones que encaró Trimarco, por su cuenta -porque nadie quiso en un principio investigarla como un secuestro- permitieron más tarde que la Justicia arribara a la conclusión de que la joven había sido captada por una red de trata de personas, que operaba en La Rioja con fines de explotación sexual.
Trimarco fue juntando información, recorriendo comisarías, hablando con vecinos de la zona, con mujeres que ejercían la prostitución. Así, supo que Marita fue secuestrada en un auto rojo, identificado como un remise de la agen cia Cinco Estrellas que era propiedad de la familia Ale, en la avenida Mate de Luna, cerca de la Maternidad. Estuvo desaparecida dos días. Al tercero, la vieron a unos 30 kilómetros de su casa de Tucumán, caminando con dificultad, como drogada. Un patrullero la levantó y la dejó en la terminal de ómnibus. Al parecer, de allí volvieron a buscarla sus secuestradores.
Su madre recorrió el mundo y convirtió al caso en un emblema de lucha contra ese delito. En su búsqueda, fue encontrando historias de terror: mujeres compradas a traficantes tras ser secuestradas en la calle, llevadas de un punto a otro del país y obligadas a “trabajar” hasta “pagar” lo que habían costado.
“Hay un montón de chicas que, como Marita, están desaparecidas: Sofía Herrera, María Cash, Florencia Pennacchi, son solamente algunas de tantas. De muchas no se sabe porque no las buscan”, sostuvo.
Mientras sigue buscando a su hija, Trimarco continúa con su trabajo en el Fundación María de los Ángeles, incluso durante las restricciones de movilidad impuestas por la pandemia, para atender el creciente número de denuncias por violencia contra las mujeres y de abuso infantil. “Trabajamos todos los días, en forma presencial, con recaudos, porque no podìamos dejar de atender a las mujeres -dijo-. Durante la cuarentenas aumento la violencia en las casas. Tenemos registro de las denuncias, y trabajamos con la fiscalía que corresponda, ya sea si es un caso de trata, de violencia de género o en el que están afectados menores”.
La Fundación María de los Ángeles funciona en 25 de mayo 1095, tiene una página web en la que están los contactos y los teléfonos son 4212255 y 4975542.
“Queremos que vuelva”
Trimarco insistió en que no va a rendirse y que no pierde la esperanza de que esté viva: “Que ella sepa, donde esté, que la esperanza muy grande, que la vamos a seguir buscando, que sepa que la amamos con el corazón y que queremos que vuelva”.
Tras casi una década de derroteros judiciales, la justicia dictó condenas, dispuso absoluciones pero aún no logró descubrir el paradero actual de Marita Verón.
El caso Verón llegó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y se convirtió en una causa internacional.
En 2012, el juez de Instrucción Víctor Manuel Pérez elevó la causa a juicio contra 13 acusados por el secuestro: los hermanos vinculados al clan “Ale”, María Jesús y Víctor Rivero; la dueña de prostíbulos riojanos Irma Lidia Medina, los hermanos José Fernando y Gonzalo José Gómez, Daniela Natalia Milhein, Andrés González , Carlos Alberto Luna, Domingo Pascual Andrada, María Azucena Márquez; Humberto Derobertis, Mariana Bustos y Cynthia Gaitán.
Después de haber sido absueltos y de la intervención de la Corte Suprema para revertir ese fallo, 10 de ellos fueron presos. Hoy, dos cumplen prisión domiciliaria por problemas de salud y los demás, en cárceles comunes.
Pero no hay avances para establecer el paradero de la joven.
“Hoy, la queremos recordar. Pasaron 18 años del secuestro, me duele cada día, me arrancaron un ser querido y por eso voy a seguir luchando hasta saber qué hicieron con ella”.