Kiara Isgut baja de la camioneta y sus pies tocan el desierto patagónico. Vientos fríos de 70 kilómetros por hora le golpean la cara cubierta con una capucha, para protegerse del sol. Sus ojos miran fijos al horizonte y la imponente planicie la sobrecoge: “es una sensación como de libertad”, se repite a sí misma.
La joven de 20 años forma parte del equipo del Observatorio Astronómico de Ampimpa (OAA) y junto a sus compañeros revisaron la zona donde presenciarán el eclipse total de sol que tendrá lugar este 14 de diciembre. Este fenómeno es único ya que tendrá su centralidad en Argentina, justo ahí, donde Kiara ha descendido de la camioneta.
Dentro de la franja de totalidad que cruza las provincias de Neuquén y Río Negro el sol podrá verse cien por ciento oculto. En esa franja hay un punto medio denominado “greatest point”. El punto está ubicado a dos horas y media de la localidad de General Roca, el lugar elegido como base, pero el equipo prefiere no revelar aún su ubicación exacta. Es ahí donde la luna proyectará una circunferencia exacta sobre la tierra y el fenómeno tendrá su mayor verticalidad, generando un crepúsculo circular en un acontecimiento único.
En estos días, los expedicionarios caminaron entre la agreste vegetación esteparia, en medio de espinas, buscando algo que escasea en el lugar: sombra. “Es la naturaleza la que eligió esta zona tan inhóspita como palco de lujo”, dice Fabián Neiman, también parte del OAA. En sus expediciones lograron divisar una agrupación de álamos plateados y tamariscos: "es la finca más próxima a la centralidad del eclipse, constituye un muy buen refugio natural frente al sol".
“Muchos pretenden observar el fenómeno en la comodidad de las ciudades pero para estar en el centro del eclipse hay que entrar en el desierto”, asegura Fabián. “Es exactamente en lugar que elegimos donde el eclipse tendrá su centralidad y donde lo veremos en su mayor duración”.