Hoy llegan los expedicionarios a Río Negro para el eclipse

Hoy llegan los expedicionarios a Río Negro para el eclipse

La Patagonia empieza a recibir más visitas. Carlos Neiman y una experiencia que esperó toda su vida.

PRIMEROS EN LLEGAR. Analía Fares, Fabián Neiman, Carlos Neiman y Alberto Mansilla pararon a la vera de la ruta para registrar el momento.  PRIMEROS EN LLEGAR. Analía Fares, Fabián Neiman, Carlos Neiman y Alberto Mansilla pararon a la vera de la ruta para registrar el momento.

El equipo del Observatorio Astronómico de Ampimpa (OAA), que viajó hasta Río Negro para presenciar el eclipse total de Sol, aguarda hoy la llegada del resto de los expedicionarios. “Ya en camino, feliz como una lombriz. Es genial todo lo que está pasando, cada minuto se suma un nuevo dato, alguna foto del lugar, y estamos todos en camino”, dijo Sandra Correa, una de las invitadas por el OAA para viajar hasta Río Negro, donde se podrá el eclipse solar en su totalidad el próximo lunes alrededor del mediodía. Desde Tucumán también podrá verse, aunque en el caso de la provincia será parcial, ya que la Luna sólo tapará el 50% del Sol.

Correa viajó sola a la expedición que se realizó el año pasado en San Juan, así que la soledad no la ahuyente. Sin embargo, en Córdoba subió al ómnibus una amiga que se unirá como una expedicionaria más.

Pese a la demora de 30 minutos del colectivo al que se subió en la mañana de ayer, la profesora de Economía tiene la esperanza de arribar a Río Negro apenas pasadas las 9.30 de hoy.

Otro de los viajeros que comenzó su ruta hasta la Patagonia en la mañana de ayer fue Carlos Di Nallo, encargado de la astrofotografía del evento. Su viaje comenzó con la primera luz del día de ayer y, al cierre de esta edición, aún quedaban kilómetros por recorrer, aunque el experto estimaba llegar ayer mismo, cerca de las 23.

Di Nallo vive en Buenos Aires, y desde ahí partió hasta General Roca, lugar donde se quedará mientras dure la expedición. Esta vez, el astrofotógrafo estuvo acompañado y cargó en el auto el equipaje de Gladys y Fernando, un matrimonio que se sumó a la aventura. “Hay un clima muy lindo entre los participantes”, dijo.

“Fernando es un fotógrafo que ha tomado cursos de astrofotografía conmigo y hemos hecho algunas salidas. Para su esposa, en cambio, es la primera experiencia con temas astronómicos”, contó sobre sus acompañantes. El desconocimiento de Gladys sobre la experiencia de presenciar un eclipse total de Sol se refleja en su inquietud y en las expectativas sobre cómo será vivirlo en persona. Di Nallo, por su parte, elige no adelantarle nada y espera a que lo viva en carne propia para entender. “Hasta que no lo vea no sabrá lo que significa, porque es sencillamente inexplicable”, afirmó.

Con el correr de los días los expedicionarios anticipan escenarios imaginarios sobre el momento de observar el fenómeno, ansiedad que no hace mella en el experto en fotografiar astros. Advierte, tal vez, que su control de la ansiedad se deba a esa experiencia de hace apenas un año atrás.

“La gente va a tomar conciencia cuando nos vea armar los equipos. Eso pone en contexto y demuestra que es algo más que sólo fotos”, reflexionó.

Por su parte, Correa no oculta sensaciones y percibe un conjunto de sentimientos que se superponen a medida que avanza el tiempo. “Ansiedad, nervios, emoción, es toda una antesala de sentimientos encontrados. Desde el insomnio a no comer, querer dejar todo en orden para únicamente dedicarme a disfrutar con amigos, la verdad que es algo mágico y único. Saber que voy a volver a vivirlo me genera mucha adrenalina”, admitió.

“Lo esperé toda la vida”

Carlos Neiman es uno de los expedicionarios que ya están en la meseta patagónica. Por razones laborales no pudo estar en la expedición a San Juan, y esta era su oportunidad de disfrutar de un eclipse total de Sol en su punto de centralidad.

“Mi hijo (Fabián Neiman) le contó a LA GACETA que cumplió algo por lo que espera desde hace 47 años. Bueno, en mi caso esa espera es de casi 80, y hoy puedo cumplir mi sueño de viajar con mi hijo para ver un eclipse”, dijo el hombre de 79 años que, a pesar de ser el mayor de la expedición, no se jactó de ser el más experimentado.

“Fui alumno de Mansilla en 1983, y desde ahí que estamos en la actividad. Es un momento que esperé toda la vida”, concluyó.

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