Concepción celebra el tango en modo virtual con un festival internacional

Los separaba una década. No se sabe exactamente cuándos años, porque sigue la eterna duda acerca de si Carlos Gardel nació en 1890 o en 1887. De Julio De Caro sí hay precisiones: fue en 1899, 20 días antes de que cambie el siglo y se popularice la música que lo tuvo como referente y protagonista.

Más allá de la pasión por el 2x4, el cantante y el compositor compartieron la fecha de nacimiento: por eso es que todos los 11 de diciembre se festejo en el país el Día Nacional del Tango. Este año, la celebración será especial, ya que faltará el abrazo de las parejas en las pistas de baile, pero no pasará desapercibido.

Hoy y mañana, Concepción realizará la XI edición de su Festival de Tango, esta vez de manera virtual. Las dos jornadas de gala comenzarán a las 21, y podrán ser seguidas en forma totalmente gratuita desde el canal oficial de YouTube del evento (en el link https://youtu.be/i6QlI8gOUyE, que requiere suscripción previa), con una grilla de referentes argentinos y extranjeros.

Esta cita musical hace base en la Perla del Sur porque esa ciudad integra desde hace cinco años la Ruta Internacional de Tango y Turismo, una propuesta latinoamericana que busca promocionar escenarios diferentes al de la Capital Federal, para mostrar la riqueza cultural y distintos destinos turísticos.

Los espectáculos de hoy estarán a cargo de los cantantes porteños Federico Rigo, Luciana Bresse, Marcela Ríos y Diego Solís; de Leandro Ponte, de provincia de Buenos Aires; y de las parejas de baile de Georgina Conde y Sergio Ortiz (Mendoza), Roxana Martínez y José García (Salta), Ezequiel Lezcano y Carolina Marques (Paraná) y Alejandro Rodríguez e Isabela Rissi (Aguilares). En la primera jornada se sumarán desde el exterior Camila Dángelo (de Uruguay); Víctor Angulo y Wara Delgadillo Castillo (Bolivia); el Octeto Tango Puerto, de Valparaíso (Chile) e Igor Morales Prieto y Odette Pineda (Perú). La cartelera de mañana tiene otros nombres y suma además artistas de Italia, Puerto Rico, Polonia, Japón y España entre los orígenes internacionales. El cierre artístico estará a cargo del organizador, Nelson Díaz Filipi, quien oficiará también de anfitrión de las jornadas.

“Concretar este festival es una manera de decir que la cultura sigue en pie, pese a las dificultades que nos tocaron atravesar en el sector artístico. Fue un año donde muchos espacios se cerraron y varios, tristemente, no podrán volver o les costará demasiado recomenzar. También es un llamado de reflexión para el sector, para estar más unidos que nunca y entender que somos eslabones de una misma cadena”, destacó el cantante en diálogo con LA GACETA.

Por un cambio

El tanguero se esperanzó en que “la pandemia nos sirva para hacer un viaje interior y volver mejores y más cercanos, porque sería muy triste no haber aprendido nada de todas estas experiencias”.

“Necesitamos más unidad entre los artistas -insistió- y dejar los egos sólo para cuando nos subimos al escenario. Muchas veces nos quejamos del afuera, pero no miramos puertas adentro. Tenemos un gran potencial para crear, pero no para escucharnos y apoyarnos entre nosotros. Ahora estamos frente a una gran oportunidad para empezar de cero en muchos aspectos”.

En lo personal, el coronavirus le sirvió para detener su reloj interno: “primero me ganó la ansiedad, sentía que el aislamiento sería eterno, y hoy puedo ver una luz al final del túnel”. “Aproveché el tiempo para ordenar ideas y proyectos, tuve algunas participaciones por streaming en diferentes festivales, pero nunca terminé de acostumbrarme al on line, porque estar frente al público es algo irremplazable”, aclaró, más allá de que el encuentro que se celebrará estos días desde Concepción no será presencial ni con público. “Lo virtual es una herramienta que nos permite llegar a muchos hogares y a alentar a los artistas a no bajar los brazos”, justificó.

Como a muchos, le tocó llorar a seres queridos. “Perdí amigos y es difícil no poder despedirse de ellos. Esto me llevó a valorar más la vida y las cosas buenas que nos pasan, por más pequeñas que sean y a las que no les damos importancia. Hoy disfruto del canto de un ave, del ruido de la lluvia o de la risa de un abuelo. Espero que cuando todo pase y la vorágine del tiempo nos ponga en marcha nuevamente, no olvidarme todo lo aprendido en este tiempo”, concluyó.