09 Diciembre 2020
A GUSTO. Bajo la conducción de Sabella, Messi jugó su única final mundialista. “Fue con el que más disfruté”, dijo Lionel.
Parece mentira. Aún tratando de asimilar el golpe por la muerte de Diego Maradona, el fútbol ahora tiene otra ausencia que llorar: la de Alejandro Sabella, uno de los hombres más queridos y respetados del ambiente, no sólo por sus logros como futbolista y como entrenador, sino por su calidad como persona. El ex entrenador de la Selección venía sufriendo complicaciones en su salud desde hacía tiempo, primero por problemas coronarios y luego por un cáncer de laringe. Internado desde el mismo día que el “10”, falleció ayer poco después de las 15, a causa de una insuficiencia cardíaca. Tenía 66 años.
EN LA CIMA. Sabella festeja junto a “La Brujita” Verón la obtención de la Libertadores 2009. En 2010, ganaría el Apertura.
Sabella era reconocido por ser un verdadero caballero, que siempre antepuso la lealtad y la dignidad al resultado. Un maestro que dejó muchas enseñanzas y al que las nuevas generaciones (las que no vieron o no recuerdan a Diego levantando la Copa en México 86 o llorando la derrota a manos de Alemania en Italia 90) le deben la posibilidad de haber visto a la Selección en la final de un Mundial, el de Brasil 2014.
Paradójicamente, esa caída en el Maracaná -otra vez ante la Mannschaft- fue el último partido que “Pachorra” dirigió en su vida. La enorme presión de dirigir a la “Albiceleste” le demandó un tiempo de descanso, y luego comenzaron sus problemas de salud. Fue el final de una carrera que había comenzado en 1974, año en que debutó en River junto a Daniel Passarella, de quien luego sería ayudante de campo durante 15 años.
DUPLA. Antes de ser DT, fue ayudante de campo de Daniel Pasarella durante 15 años, en River y en la Selección.
Era un jugador exquisito surgido de las inferiores, que pudo darse el gusto de celebrar tres títulos, pero que tuvo la mala suerte de coincidir en el puesto con una de las mayores glorias de la historia “millonaria”, Norberto Alonso, quien había regresado de Francia. Eclipsado por el “Beto”, en 1978 emigró al fútbol inglés. Más precisamente, al Sheffield United, de la Segunda División, donde pasó a ser conocido como “Alex”. Si bien tuvo actuaciones destacadas a lo largo de sus dos temporadas, el descenso de Sheffield lo llevó a instalarse en Leeds. Tras otras dos temporadas, regresó a Argentina para vestir otra vez de rojo y blanco, pero ya no es River sino en Estudiantes, el otro club más importante de su vida. Bajo la tutela de Carlos Bilardo, integró un equipazo, que se consagró en el Metropolitano de 1982 y en el Nacional 1983. El propio Bilardo lo llevó a la Selección, donde la 10 ya tenía otro dueño, nada menos que Maradona. Su carrera como futbolista continuó en Brasil, donde ganó dos títulos con Gremio, antes de volver a Estudiantes. Finalmente, tras un paso por Ferro, se retiró en 1989 en Irapuato, de México, con 35 años.
EN RIVER. Debutó en 1974. Eclipsado por Alonso, se fue a Leeds tras 118 partidos, en los que marcó 11 goles.
Su aprendizaje como técnico fue al lado de Pasarella. Lo acompañó en en River, Parma, la selección de Uruguay, Rayados de Monterrey y Corinthians. También en la Selección Argentina, en la que compartieron una medalla de oro en los Juegos Panamericanos 1995, una de plata en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 y los cuartos de final del Mundial de Francia 1998.
Al lado del “Kaiser”, aprendió todo lo necesario para lanzarse como solista en la dirección técnica a partir de 2009. Y lo hizo de manera meteórica, directo al estrellato: en marzo de ese año tomó las riendas de Estudiantes tras la renuncia de Leonardo Astrada y lo llevó a la obtención de su cuarta Copa Libertadores, derrotando a Cruzeiro en la final disputada en Belo Horizonte. Luego, en el Mundial de Clubes, estuvo a punto de vencer al imparable Barcelona de Lionel Messi, dirigido por Josep Guardiola. Al año siguiente, se coronó en el Apertura y se ganó la oportunidad de dirigir a la Selección, que se encontraba en el inicio del proceso hacia el Mundial 2014. Bajo su mando, el equipo nacional ganó las Eliminatorias de punta a punta y llegó a Brasil como uno de los grandes candidatos al título. La agónica derrota ante Alemania, en tiempo suplementario, no empañó el mérito de Sabella, el arquitecto de una Selección a la que daba gusto ver.
LONDRES. Con Osvaldo Ardiles, Claudio Marangoni y Ricardo Villa posaron en el Tower Bridge para El Gráfico (1980).
Tristeza por “Pachorra”
Último adiós
Los restos de Sabella serán velados entre hoy y mañana en horario reducido y con visitas limitadas a familiares, amigos y personalidades del deporte en el predio de la AFA, en Ezeiza. Luego, la inhumación se hará en el Cementerio Campanario, de La Plata.
La rivalidad de lado
Un hincha de Gimnasia se acercó hasta la cancha de Estudiantes para dejarle una ofrenda a Sabella, un personaje querido y respetado más allá de los colores.
Homenaje de River
River, club en el que debutó en 1974, le rendirá tributo a Alejandro Sabella en el partido de mañana ante Nacional. “En este día de profunda tristeza, River Plate despide a un hijo de la casa. Te vamos a extrañar, Alejandro”, publicó el club en sus redes sociales.
En silencio
Tanto la AFA con la Conmebol determinaron que en todos los partidos de todas sus categorías competitivas se hará un minuto de silencio a la memoria del ex DT de la Selección. Por su parte, la FIFA se manifestó “profundamente entristecida.”
En todos lados
Clubes de Argentina y del mundo (entre ellos los que tuvieron a Sabella como jugador o entrenador) publicaron sus condolencias en sus redes. También lo hicieron Atlético y San Martín.
De DT a DT
“Nunca olvidaré tu visita. Gracias por todo lo que hiciste por nuestro fútbol. Hasta siempre Alejandro”, lo despidió Lionel Scaloni. El actual DT de la Selección acompañó su mensaje en rede con una foto de un encuentro entre ambos en el predio de AFA.
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