La pobreza aceleró la suspensión de las PASO

La pobreza aceleró la suspensión de las PASO

Cuando se propician cambios en las reglas electorales lo primero a hacer es sospechar de las intenciones políticas de los promotores. Y si es el Gobierno el que promueve alteraciones, reformas o nuevos sistemas electorales, seguramente es al solo fin de mantenerse o de intentar perpetuarse en el poder. Así, vaya por caso, el peronismo tucumano ideó el acople, un esquema que le facilita al PJ seguir siendo gobierno a causa de la hegemonía territorial que tiene en la provincia. El jueves sucedió algo que va en esa línea: el oficialismo volvió a la carga con la propuesta de suspender, por única vez, las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias. Lo venía sugiriendo aisladamente a través de algunos gobernadores con un objetivo claro, o de manual: incomodar a la oposición, ya que la eliminación de las PASO podría provocar conflictos internos en los adversarios y, consecuentemente, debilitarlos. Sin embargo, algo ocurrió ese día -y que sacudió al país- que lo obligó a retomar con más fuerza la iniciativa aunque, como veremos, con una perspectiva distinta en cuanto a la motivación: se conoció el informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina que reveló que la pobreza alcanzaba a casi el 45% de la población.

Después de tremendos datos sociales ya no se trató de afectar las posibilidades de Juntos por el Cambio suspendiendo las primarias, sino de impedir que al oficialismo le suceda en 2021 lo mismo que a Macri en las PASO de 2019, quien sucumbió en las urnas a causa de la crisis. O sea, hoy se trata de salvar la propia ropa, no de dañar el traje ajeno. El trabajo de la UCA menciona que las medidas adoptadas por el Gobierno a causa de la pandemia tuvieron efectos regresivos en materia económica y social. Pero un párrafo en tono de advertencia fue lo que posiblemente despertó las alarmas en el peronismo: “estos efectos tuvieron lugar bajo un particular escenario previo de estanflación, crisis de deuda y parálisis económica estructural; la situación social ya era crítica a finales de 2019, y actualmente el panorama es todavía más grave, y nada indica que mejore cualitativamente en los próximos meses”. O sea, en términos político-electorales, ¿un final similar al de Macri?, ¿inicio del fin? El temor se apoderó del PJ.

Las primarias están previstas para el 8 de agosto y las generales para el 24 de octubre. Si la suerte del Frente de Todos depende, en parte, de la llegada de la vacuna y de que haya una mínima reactivación económica como para que la gente sienta algún mínimo alivio en los bolsillos, nada mejor que evitar las PASO e ir directamente a la votación final dentro de 11 meses, disminuyendo el complicado tiempo proselitista, porque los eventuales beneficios repercutirían directamente en la gestión, y consecuentemente en la gobernabilidad.

Motivación oculta tras las excusas

Así es como la propuesta que primero estaba destinada a complicar a la oposición, después del informe de la UCA se consolidó como una apuesta para tratar de ganar tiempo y recuperarse para un posible fortalecimiento político de cara a la votación de medio término. Sigue siendo la misma meta para el peronismo, pero con diferentes motivaciones; excusas no le faltan: que la crisis sanitaria, que el ahorro de recursos. El interés real va por otro andarivel.

Los opositores, en cambio, tienen un verdadero dilema. Algunos gobernadores de Juntos por el Cambio, como Gustavo Valdez, de Corrientes, rechazan y reniegan de las primarias por la misma razón que los peronistas que administran territorios: siendo oficialistas cuentan con una estructura estatal de poder detrás, por lo que corren con mejores chances en una campaña sin primarias abiertas.

Se entiende que el albertista Juan Manzur se pusiera a la cabeza de la demanda de la suspensión de las PASO, durante la reunión de mandatarios para la firma del Pacto Fiscal, y por el que las provincias podrían contar con $ 70.000 millones para reactivar sus economías. Dicho auxilio, justamente, se produciría durante el año electoral. ¡Qué mejor escenario que el de todos los mandatarios juntos para sugerir unánimemente que las PASO se eviten! Es comprensible que quieran evitar las primarias, para conseguir más tiempo para que puedan verse algunas mejoras, por lo menos hasta octubre. Agosto está demasiado cerca, electoralmente hablando.

En fin, nada es inocente cuando se trata de alterar las normas electorales, menos viniendo del peronismo, que de esta materia conoce, y mucho. De hecho, la misma ley que impone las primarias, la 26.571 (Democratización de la representación política, transparencia y equidad electoral), no nació sostenida en buenas intenciones. La norma se pergeñó como consecuencia de un revés electoral del kirchnerismo en junio de 2009. La anunció Cristina en julio en Tucumán, la envió en octubre al Congreso y la promulgó en diciembre.

Hay aspectos a analizar para entender el porqué de algunas medidas adoptadas. Por ejemplo, cuando se dispuso que las agrupaciones políticas debían proceder obligatoriamente a seleccionar sus candidatos a cargos públicos electivos nacionales mediante elecciones primarias (artículo 19) “aún en aquellos casos en que se presentare una sola lista”, la intención fue que ninguna organización pudiera evitar la votación para no poner en evidencia su real caudal electoral, máxime si era poco. O sea, que no ocultara su verdadera trascendencia y que pusiera en evidencia su debilidad como expresión política. Lo que se complementa con el artículo 45, que determina que sólo podrán participar en las elecciones generales las agrupaciones que hayan obtenido un mínimo de votos del 1,5% de los válidos emitidos por distrito.

El artículo 31 (referido a la campaña electoral) surgió por Francisco de Narváez, debido a su victoria sobre Néstor Kirchner en 2009 en territorio bonaerense, encabezando Unión-PRO. Fija la prohibición y emisión de avisos publicitarios en medios televisivos y radiales con el fin de promover la captación del sufragio para los candidatos antes de los 35 días previos a la fecha de la votación. El millonario De Narváez estuvo en campaña permanente todo ese año, por todos los medios. La acción proselitista del empresario fue una constante.

Lo que intentó el Gobierno con la ley fue evitar que se repitiese esta situación, ya que allí encontró una razón de la derrota. Este “detalle” se introdujo para igualar a todos en materia de proselitismo, individual o colectivo. No fue inocente la aparición de este artículo, por más democrático que pueda parecer. En el 34 se hace más evidente la intención sobre el aspecto que no podía manejar el oficialismo. Determina que las agrupaciones políticas y sus listas internas no pueden contratar en forma privada publicidad en emisoras de radiodifusión televisiva o sonora abierta. E impone sanciones. Para asegurar la centralización de la distribución de los espacios, el artículo 56 modificó la ley de Financiamiento de los Partidos Políticos dejando en claro que los espacios de publicidad electoral en las emisoras de radiodifusión sonora, televisiva abierta o por suscripción serían distribuidos exclusivamente por la dirección nacional electoral de Ministerio del Interior para todas las agrupaciones que oficialicen candidaturas.

Hubo intencionalidad política para favorecer y perjudicar en el proyecto, al margen de sus aspectos positivos, ya que se quiso afectar a los grupos políticos dominados por figuras excluyentes sobre las que gravitan las estructuras partidarias. A esto apuntó primeramente el peronismo cuando lanzó al debate la suspensión de las primarias: a complicar a la oposición, suponiendo que la obligaría a un desgaste interno producto del enfrentamiento entre dirigentes. O bien que la impulsaría a dispersarse en distintas listas y presentarse fracturada en octubre. En los hechos significaría el debilitamiento opositor al fragmentar su oferta.

A nivel local

Las PASO podrían obrar como una elección para unirse y dirimir los liderazgos en la oposición, pero al suspenderse los pondría en la obligación de pactar o de arriesgarse y salir a competir solos, sin los socios de antaño. Es lo que puede suceder con Alfaro, que ya avisó que Beatriz Ávila se postulará a senadora; y también está el tándem Cano-Elías de Pérez, Campero y sus diálogos con referentes opositores, Amaya, Masso, Bussi, el PRO que convocó a elección para elegir autoridades el 14 de marzo, y el grupo CREO. Tucumán elige tres senadores y cuatro diputados el año próximo. Pocas bancas y mucha oferta por el lado de la oposición.

En total, en la provincia hay 28 partidos de distrito reconocidos que pueden participar de los comicios del año próximo, según la lista de la Cámara Electoral. Sin embargo, vaya un dato curioso: 13 de ellos no tienen la cantidad mínima de afiliados requerida para poder ser reconocidos y funcionar como partido: 4.000. Según la ley Orgánica de Partidos Políticos eso es un motivo de caducidad. Ese número, según la norma representa el cuatro por mil del padrón electoral, hasta el máximo de un millón.

Vale señalar que tal valor es en apariencia arbitrario y sobre cuyo origen no hay demasiada precisión. Baste decir, por ejemplo, que ampliando el requisito de la cantidad de afiliados para mantener la personería como partido político -por ejemplo del cuatro por mil al 10 por mil del padrón electoral:10.000 socios- en Tucumán caerían muchos partidos. Por lo tanto, habría menos organizaciones para acoplarse, lo que vendría a subsanar parte del problema electoral provincial. Pero como eso debe contemplarse en una ley, difícilmente el oficialismo daría el visto bueno, menos cuando el sistema electoral le viene como anillo al dedo al PJ.

En fin, para que se suspendan las primarias de 2021 también debe haber un acuerdo político en el Congreso, porque debe aprobarse por ley. He aquí un interrogante colateral: ¿querrá la dirigencia de La Cámpora que no haya PASO? Porque esos comicios son una oportunidad para pelear en la interna del oficialismo y ganar espacios dentro del peronismo. Una ocasión de consolidación que pueden perder, por lo que su participación en las boletas del Frente de Todos pasaría a depender de la influencia e incidencia de Cristina. Como viene siendo.

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