A pesar de la promesa, no autorizan a los salones de fiesta

Y 2020 se despedirá sin celebraciones y sin bailes. Incluso la esperanza que tenían los egresados de primaria y secundaria de hacer sus tradicionales cenas este año se difuminó. Ayer el gobierno se contradijo a lo que había adelantado y prometido hace dos semanas y descartó que los salones de fiestas pudieran volver a trabajar desde el primero de diciembre. El anuncio había sido hecho por la ministra de Gobierno, Carolina Vargas Aignasse pero en una reunión mantenida ayer con otros ministerios, representantes de Salud manifestaron que no estaban dadas las condiciones sanitarias para nuevas flexibilizaciones y se opusieron rotundamente a la apertura de los salones, por lo que se resolvió que, si la situación mejoraba, recién podrían hacerlo el 1 de enero. El anuncio causó estupor en una de las cámaras que agrupa a más de 150 salones ya que, a raíz de la promesa hecha por la ministra hace 15 días, habían salido a vender servicios, incluso para este fin de semana.

“Tenemos 500 fiestas reservadas para diciembre en 120 salones, no podemos volver para atrás; algunos vendieron autos, vajillas para poder mantenerse a lo largo del año, y esa plata ya la gastamos por las deudas que teníamos, y ahora nos damos con esta situación. Es insostenible. Muchos propietarios ya adelantaron que las fiestas se van a hacer igual”. De esta manera se expresó Julio Heredia, representante de TAFE (Trabajadores Autoconvocados de Fiestas y Eventos) quien aseguró sentirse muy desilusionado por la situación.

“La ministra nos había asegurado que volvíamos el 1 de diciembre. Incluso nos dijo ‘comiencen a vender’. Creímos en sus palabras. Se habían establecido protocolos y ahora nos dicen que eso no iba a ser posible. Nunca nos ayudaron. Contenemos a mozos, decoradores, DJ, salones medianos y chicos, fotógrafos, videoastas que están desesperados por trabajar luego de nueve meses de no poder hacerlo”, afirmó. Heredia además aseveró que el sector se sintió muy afectado por la noticia. “Algunos salones van a trabajar igual por compromiso y por necesidades teniendo en cuenta que ya tenemos vendidos los servicios. Estamos muy sorprendidos. Nuestros asociados quieren armar una movida grande para protestar. No tenemos ni un peso. El Gobierno habilitó boliches como bares y tienen más de 100 personas sentadas y nosotros no podemos hacer fiestas con protocolos y horarios reducidos. Hay reuniones clandestinas por todos lados y nadie hace nada”, se quejó.

El gobierno advirtió que hoy se reunirán, pero con la Cámara de Salones de Fiesta y Afines Unidos de Tucumán (Casafaut), que preside Matías Ávila, para evaluar los pasos a seguir y comunicar la posibilidad de reapertura para el 1 de enero, siempre y cuando la situación epidemiológica lo permita.

Boliches, como bares

En el caso de las discotecas, desde la Cámara se acercó un protocolo al Gobierno, a la legislatura, a las intendencias y a los organismos de control como el IPLA para solicitar la reapertura. “A nosotros nos están permitiendo trabajar como bares, pero todavía no hay una norma concreta al respecto. Después de un año en el que casi no pudimos trabajar y varios salones cerraron, creemos que se está en condiciones al menos de comenzar a trabajar con ese protocolo en vista de una apertura”, explicó Rodolfo di Pinto, presidente de la Cámara. En la nota presentada se advierte que “las normativas actuales que nos exceptúan han paralizado totalmente nuestra actividad comercial, la que incluye los salones de fiestas, eventos, discotecas, ocasionando consecuencias gravísimas, poniendo en riesgo la continuidad de las empresas del rubro y causando un impacto social adverso que genera la pérdida de innumerables puestos de trabajo”, indicaron.