La localidad de Taruca Pampa está ubicada a casi 55 kilómetros de la capital de San Miguel de Tucumán. Hasta ayer, era un sitio pacífico, donde las novedades más fuertes están vinculadas a la actividad agrícola. Allí encontraron el cuerpo de un rondín que fue asesinado de un disparo en el pecho. Este fue el cuarto homicidio de trabajadores o productores rurales en lo que va de 2020, y el sexto en poco más de un año. Los móviles del crimen aún no fueron confirmados, pero se sospecha que podrían estar vinculados a un robo.
Cerca de las 5.30, un peón se presentó en la finca de limones a reemplazar a su compañero Víctor Ovejero (42 años), que estaba maniatado y con una herida de arma de fuego. La víctima se dedicaba a vigilar la finca de 57 hectáreas ubicada a unos 200 metros de la ruta 304 en el departamento en Villa Benjamín Paz, al noreste de la provincia. En el mismo sector donde se produjeron tres de los cuatro crímenes.
“Era un hombre que vivía de ese trabajo. No entendemos cómo lo pueden haber matado de esa manera. Nunca tuvo problemas con nadie y menos con supuestos ladrones, a lo mejor, por ahí corría algún changuito que ingresaba a robar limones como travesura, porque aquí la fruta sobra”, expresó Luis García, productor de la zona.
“Se trata de un hecho lamentable, con una persona que fue atada de pies y manos para darle un disparo en el pecho. La víctima fue encontrada por otro rondín que iba a hacer el cambio de turno. Estamos trabajando en el lugar realizando diferentes medidas y en la búsqueda de testigos”, detalló el fiscal Carlos Sale, a cargo de la Unidad Fiscal de Homicidios II.
“Estamos trabajando para establecer el móvil sobre lo que pudo haber ocurrido. Hasta este momento no se observan indicios de robo, pero eso se determinará con la investigación. Es una causa compleja porque se trata de un lugar alejado, pero confiamos en recolectar pruebas y testimonios que permitan esclarecer lo sucedido”, indicó Sale.
En ese sentido, los investigadores mencionaron que en la propiedad se encontraron diferentes productos agroquímicos y la motocicleta de la víctima.
Sin embargo no se descarta que Ovejero haya descubierto a personas -se estima que actuaron al menos dos para poder reducirlo y atarlo- intentando ingresar al lugar por alguna razón y, al reconocerlos, lo terminaron asesinando de un balazo y después huyeron del lugar.
Tampoco se descartan que lo hayan matado por cuestiones personales. Al cierre de esta edición, los pesquisas se entrevistaban con sus familiares para tratar de encontrar un indicio que les permitiera dar con los autores del hecho.
En un primer momento se barajó la posibilidad de que la víctima haya podido observar algún vuelo de una avioneta que podría haber trasladado droga. Pero los investigadores descartaron de plano esta posibilidad, ya que la zona no es apta para este tipo de vuelos ilegales.
Sorpresa
“Estamos sorprendidos con lo que pasó. Esta es una zona donde normalmente nunca pasa nada, pero ahora matan a un cuidador. Habrá que armarse para defenderse porque estos delincuentes matan por matar”; indicó Mario Jiménez, productor de la zona. “En esa finca no había nada de valor. Dicen que ni la moto le llevaron al pobre rondín. Lo único que podrían haber querido llevarse los agroquímicos que normalmente están guardados en los depósitos. Son caros, pero no valen una vida humana”, indicó agregó.
Juan Carlos Sánchez, también citricultor agregó: “el problema es que la gente ya comenzó a tener miedo de verdad. Ya nadie quiere quedarse en los campos porque a veces, por la tarea que cumplen se quedan varios días solos cuando no hay cosecha. Es todo un problema. Había mucha gente que decía que prefería vivir en el campo porque se escapaban de la inseguridad de la ciudad, pero eso fue hace un tiempo. Todos nos sentimos desprotegidos”.
Complicaciones
Los investigadores, sin ayuda tecnológica
Los homicidios que se cometen en zonas rurales son los más difíciles de resolver. En esta caso, como en otros, el hecho se produjo en una zona alejada. La vivienda más cercana estaba ubicada a más de cinco cuadras y ninguna de las casas cuenta con cámaras de seguridad, como ocurre en la ciudad. Personal de Homicidios, al mando de los comisarios Juana Estequiño, Diego Bernachi y Jorge Dib entrevistaban a los vecinos para tratar de encontrar indicios.
reacciones
ruralistas insisten con tener más seguridad
“Este caso demuestra una vez más la falta de aprecio por la vida. Lo mataron por nada. Le pido a los dirigentes que dejen de ser miserables y sean generosos con la gente. Aquí se está perdiendo el tiempo discutiendo sobre la conveniencia del uso de las pistolas Taser en vez de dotar de recursos a la Policía”, aseguró el titular de la Sociedad Rural de Tucumán Sebastián Murga. Por su parte, Roberto Palomo, de Apronor agregó: “hace poco tiempo se inauguró un destacamento policial en la Ramada de Abajo y ahora se volcaron para la otra zona. Tanto el ministerio de Seguridad como la Policía atienden nuestros reclamos, pero el problema es que no tienen recursos”.