El científico Mohsen Fakhrizadeh, a quien las potencias occidentales catalogaban como el cerebro detrás de un programa secreto de armas nucleares de Irán, murió en un ataque a las afueras de Teherán, lo que podría revivir los conflictos entre la república islámica y sus enemigos.
El episodio podría complicar los esfuerzos de presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, de revivir los acercamientos en la región. Irán acusó a Israel del asesinato, al tiempo que dejó entrever que lo ocurrido tuvo la bendición de Trump.
El ministro de Relaciones Exteriores, Javad Zarif, escribió en Twitter sobre “serios indicios de un papel israelí”. El asesor militar del líder supremo, el ayatolá Ali Khamenei, prometió “atacar a los asesinos de este mártir”. “En los últimos días de la vida política de su aliado (Donald Trump), los sionistas buscan intensificar la presión sobre Irán y desatar una guerra”, tuiteó Hossein Dehghan.