25 Noviembre 2020
GIGANTES. El seleccionado argentino busca proyectarse a nivel internacional.
El proyecto es ambicioso y tiene un claro sentido federal. El basquetbol femenino argentino inició un nuevo proceso que le devuelve el protagonismo perdido en los últimos años y que dejó un mancha difícil de borrar. “Lo que pasó con el olvido de las camisetas en la gestión anterior tiene que ser una página del pasado. Debemos avanzar hacia un crecimiento real y sostenido en todos los niveles”. Fabián Borro, titular de la Confederación Argentina, tiene objetivos claros. Su gestión apunta a lograr la igualdad de oportunidades en el básquet nacional y al mismo tiempo lograr que se terminen los escándalos, como sucedió en los Juegos Panamericanos de Lima (Perú) 2019, cuando el equipo nacional, Las Gigantes, perdieron el partido contra Colombia y sus chances de clasificación porque llevaron las camisetas equivocadas. Esa situación marcó un antes y un después para una disciplina que tiene el potencial necesario para desarrollarse y que después de un camino lleno de disputas y reclamos vuelve a estar en manos de sus verdaderos protagonistas. La Federación Femenina de Basquetbol de la República Argentina (FFBRA) fue invitada a participar en el nuevo esquema dirigencial del básquet argentino como una de las 25 Federaciones nucleadas en la CABB, que le reconoció sus derechos.
El primer paso dado por la FFBRA fue conformar la nueva estructura dirigencial que tiene representantes de diferentes ciudades. Tucumán está representado por Raúl Prado, vicepresidente de la entidad local, que tiene a su cargo la secretaría de Deportes y competencias. “Todas las asociaciones que trabajan por el basquetbol femenino tienen que estar dentro de la Federación. Ese es el primer objetivo. El nivel de las competencias entre varones y mujeres siempre tuvo una marcada diferencia. Queremos que la importancia y el trato sea el mismo. En nuestra provincia algunos partidos del femenino convocan más personas que los que juegan los hombres”, le comentó Prado a LG Deportiva.
CONDUCCIÓN. Mariani preside la Federación que tiene en la comisión directiva al tucumano Raúl Prado.
En Tucumán la actividad nunca se detuvo. La asociación que preside Walter Raffo organizó competencias hasta que llegó la pandemia. “El esfuerzo de las chicas es muy grande. Muchas tienen que vender productos antes de los partidos para poder pagar los aranceles de los árbitros y los gastos organizativos. Nosotros pudimos darle continuidad al seleccionado. A fines del año pasado viajamos con diferentes categorías a Chaco, Santiago y Jujuy para competir. Cerramos el año con un torneo nacional que se jugó en nuestra provincia y lo ganó Tucumán”, indicó Prado, quien se muestra entusiasmado con las modificaciones que proyectan un crecimiento de la actividad en el corto plazo.
TUCUMÁN TIENE FUTURO. El combinado provincial compitió hasta que la pandemia detuvo la actividad en el país.
Nuevo proceso
El presidente Alberto Mariani busca darle impulso a la actividad en este período de cambios. “Hasta 2013 el básquet femenino estaba en manos de FFBRA y veníamos funcionando como la federación 25 cumpliendo con todas las actividades. Incluso a fines del 2012 se había jugado el primer final four de la liga nacional que habíamos organizado. Después de eso, por circunstancias políticas, internas y dirigenciales fuimos excluidos tras una serie de sanciones injustamente aplicadas y sin ningún tipo de sustento”, recordó.
A pesar de este inconveniente, FFBRA nunca se detuvo. “Seguimos trabajando con las Asociaciones y jugando, que es lo primordial. La columna vertebral son las jugadoras, las instituciones y los dirigentes. A esto hay que sumarle la familia. Necesitamos que el básquet femenino sea una actividad principal en algunas provincias. Jujuy, Salta, Tucumán y Santiago del Estero son pilares fundamentales de este proyecto. Poco a poco vamos a recuperar la normalidad. Hay que trabajar mucho, pero estamos confiados y tenemos una ilusión muy grande”, destacó Mariani.
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