En el horizonte, cada vez mas cerca, asoma una esperanza llamada vacuna. El único medio, tal como consideran los verdaderos expertos, a través del cual podremos dejar atrás el peor año de la modernidad en el mundo entero. Y por eso, el optimismo de los que más saben es patente. Como el del doctor Hugo Pizzi. Este cordobés tiene escritos 23 libros de medicina, es epidemiólogo, infectólogo y magister en Salud Pública, asesora a dos gobiernos nacionales y a los de cuatro provincias argentinas. Y cuando se le consulta sobre la llegada de las vacunas al país no duda: “todas las vacunas que van a llegar son buenas. Yo me voy a vacunar con la que llegue primero. No hay que dejar de pensar que son el principio del fin, las que nos van a ayudar a salir de la tragedia.”.
Pizzi, medio en broma medio en serio, asegura que arrancó la manga izquierda de todas sus camisas y que camina con un algodón con alcohol por todos lados para estar listo a la hora de vacunarse. “En todos mis años de medicina nunca vi algo así -dice-. Estoy absolutamente asombrado. Mire que participé del protocolo de la preparación de la vacuna del ébola, trabajé con las epidemias de H1N1, vi de cerca los casos de paludismo. Pero algo así, como este virus, nunca”.
El experto asegura que la vacuna va a ser lo único que nos va a permitir recuperar la libertad. “Tuvimos meses de mucha angustia, y ahora no hay otra solución que vacunarse. Es un virus impredecible y con una calidad destructiva inimaginable. Hoy se están descubriendo las secuelas que deja a nivel pulmonar, del cerebro o del corazón, aunque hayan sido asintomáticos”, explica.
Pizzi cree que hay cuestiones extrañas en cuanto a la reacción de la gente ante las noticias de la aparición de las vacunas. “El Gobierno hizo contacto con tres institutos muy prestigiosos. Y en el acto notamos un relajamiento absoluto de la gente. Ante la presencia de la posibilidad de salvarse la gentes se relaja y eso es muy preocupante”, explica. Y el otro dato que lo acongoja es el de las constantes críticas a las vacunas. “Tenemos una sociedad vario pinta, con una idiosincracia muy especial. Aquí todos somos los mejores médicos, los mejores técnicos de fútbol, los mejores ingenieros. Opinamos de todo y sin fundamentos, sin léxico depurado y con horrores de ortografía. Todos son opinólogos”, explica. Y agrega: “la vacuna rusa causó polémica porque creen que nos va a volver a todos comunistas; la norteamericana, porque nos van a insertar un chip para seguirnos a todas partes, y la inglesa, porque nos robaron Las Malvinas. Así es todo muy difícil”.
Sin embargo, Pizzi asegura que las vacunas son una mejor que otra. “Fabriqué vacunas, y el mundo científico es muy pequeño. Nos conocemos todos. Nadie se va a arriesgar a colocar una vacuna que nos puede hacer daño. Ningún país del primer mundo se va a animar a hacer mal una vacuna y poder poner en duda su prestigio y tener un impacto negativo en sus finanzas”, asevera.
Un poco de historia
“Nikolái Gamaleia fue discípulo de Luis Pasteur y en 1800 descubrieron en Francia la vacuna contra la rabia y el segundo país que la aplica es Rusia. Por eso se colocó su nombre al centro de investigaciones más importantes de ese país. En el año 2015 hacen dos cosas maravillosas, la vacuna contra el ébola e inmediatamente trabajaron contra el MERS, también coronavirus, que azotaba Medio Oriente. Esa enfermedad era transmitida por camellos y dromedarios. ¿Qué hicieron ahora? Tomaron la vacuna de 2015, la modificaron y la aplicaron ya que estos coronavirus son primos hermanos. Los rusos tuvieron a Gagarin, a la perra Laika, es un pueblo muy sacrificado”.
Pizzi asegura que el diseño de la vacuna Sputnik es extraordinario. “Usaron dos vectores, dos adenovirus, que es lo que provoca los resfríos y por lo tanto nuestro cuerpo ya los conoce. Adentro del adenovirus le introducen una nano glicoproteina. Cuando entra con la inyección el organismo el virus no se preocupa porque ya la conoce, pero en el acto empieza a estimular la presencia de anticuerpos. La primera dosis hace subir cinco escalones. Al poner la segunda dosis entra otra adenovirus, sube 10 escalones y pone en un 92% la producción de anticuerpos. Dicen que va a durar dos años de inmunidad. No tengo seguridad, pero aunque dure ocho meses nos salva de la tragedia”, asevera.
El especialista desaconseja la relajación. “Creo que queda muy poco tiempo para salir de esta situación. Faltando tan poco debemos adherir a las medidas sanitarias. Sabemos que al que se cuida no le pasa nada. Las fiestas de fin de año deberíamos pasarlas con el núcleo familiar fundamental y nadie más. Este es un virus muy filtrable, y por eso hay que ser muy estrictos. A nosotros ya nos dijeron preparen todo para vacunar. Con la cantidad de gente que ya tiene anticuerpos más las que podamos vacunar, el virus se va a enlentecer. Dios nos ha ayudado, pero por eso debemos ser coherentes y respetuosos”.
Pero el optimismo de la llegada de la vacuna se empaña con la realidad en cuanto a lo que viene para la humanidad. “El que crea que esta es la última epidemia que vamos a vivir esta desinformado -afirma-. El hombre no respeta a la naturaleza, ataca el hábitat natural de los animales, deforesta, destruye. Y así la naturaleza tarde o temprano se nos vuelve en contra. Debemos empezar a respetarla. O ya sabemos lo que volverá a pasar”.
Cuándo llegarán
Aclaraciones del presidente
“Calculamos que en marzo va a poder suministrarse la primera vacuna y hay un plan para que llegue a toda América Latina”, aseguró ayer el presidente, Alberto Fernández, al referirse al producto de la inglesa Oxford-AstraZeneca, en cuya elaboración participan Argentina y México. Sin embargo, el Presidente aclaró que mantiene la expectativa de que en diciembre estén disponibles en el país millones de dosis de Sputnik V, la opción rusa. Y espera que prosperen las negociaciones con los laboratorios Pfizer y Moderna.
Un largo camino
Recomendaciones de un infectólogo
“La vacuna no es la única estrategia para enfrentar a este virus. La vacuna significa control, que es disminuir la incidencia de nuevos casos. Tenemos muchísimas vacunas, pero todavía seguimos teniendo enfermedades. Es un largo camino. Para llegar a erradicarlo va a llevar mucho tiempo”, explicó ayer el infectólogo Gustavo Costilla Campero en el programa Buen Día, de LG PLay. “Hay que seguir con las medidas de distanciamiento y con la responsabilidad de todos”, afirmó el especialista.