A fines de septiembre, los productores avizoraban limitaciones en el mercado que complicarían las exportaciones de arándanos desde el aeropuerto Benjamín Matienzo. El incremento de los costos de los cargueros obligaba ya a las empresas locales a redefinir otras rutas de envío de las frutas frescas a los clientes mundiales. Un mes y medio después, esa conjetura se terminó confirmando y marcando un año que quedará en los registros oficiales.
Por primera vez desde 2007, y a pocos días del cierre de la campaña 2020, en Tucumán no se concretaron vuelos de carga directos desde la terminal aérea provincial debido a las altas tarifas de fletes de las compañías de servicio, como Latam Cargo. "Si no hay precios razonables, no habrá vuelos", habían remarcado en la Asociación de Productores de Arándanos (Apratuc), cosa que ocurrió.
Las exportaciones a la Unión Europea se concretaron a través de vuelos comerciales desde Ezeiza. También se realizaron salidas vía marítima por el puerto de Buenos Aires. A Estados Unidos (EEUU), gran parte de los cargamentos con frutas finas partió desde la terminal náutica de Valparaíso, Chile. Así, quedaron atrás los 19 vuelos del año pasado o los 31 servicios de 2018.
“Estamos en plena campaña. Desde Tucumán a Estados Unidos, como referencia, el 80% de las exportaciones, aproximadamente, fue por Chile. Un porcentaje menor se hizo por el puerto de Buenos Aires”, indicó el presidente de la cámara privada, Francisco Estrada.
De acuerdo a datos privados, los valores de las cargas aéreas para la actividad se han incrementado dos o tres veces teniendo en cuenta los destinos. En caso, la tarifa a Miami en 2019 se ubicó en U$S 1,55 por kilo bruto; mientras que hasta octubre de 2020 el precio ascendió hasta los U$S 2,35 y U$SS 2,50.
Los costos en barcos son significativamente menores que los de las aeronaves. Sin embargo, el traslado desde el embarque en puertos al lugar de descarga dura entre 20 y 25 días; en avión llega al punto de distribución entre 48 y 36 horas.
La campaña de exportaciones terminaría esta semana, en paralelo con la cosecha para industria. En el sector estimaron que se podría enviar a los mercados externos alrededor de 4.000 toneladas de frutas frescas y 2.500 tonelada de congeladas (IQF).
En 2019, Tucumán exportó 4.970 toneladas de fresco y 2.560 de congelados, lo que representó caídas de casi un 20% y de un 2,3%, respectivamente, este año. La reducción global sería hasta ahora de casi un 15%, aunque se espera el final de la producción.
El último informe del Instituto de Desarrollo Productivo de Tucumán (IDEP), con base en datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), señaló que las exportaciones de arándanos significaron el año pasado un poco más de U$S 21,2 millones (FOB) y tuvieron una participación de un 2,23% entre los principales productos tucumanos.