Caso Leiva-Pedicone: un planteo previo objetó la ausencia de tres testigos

La omisión de incorporar los audios grabados para sustentar la acusación contra el vocal Daniel Leiva es la segunda objeción que el juez Enrique Pedicone formula respecto de la recolección de pruebas en los siete procedimientos de destitución que afronta en la comisión de Juicio Político de la Legislatura (se informa por separado). La semana pasada, el denunciante de Leiva advirtió que Juicio Político se abstuvo de pronunciarse sobre los testigos que había solicitado, e insistió en la necesidad de que comparezcan tres funcionarios del Poder Judicial: la secretaria de Superintendencia de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán, Gabriela Blanco; Andrés Garmendia, relator de Leiva, y el secretario Fernando Valladares.

Blanco y Garmendia serían testigos fundamentales para los pedidos de expulsión basados en la “actuación sin competencia” durante la miniferia de agosto dispuesta para preparar la entrada en vigor del nuevo proceso penal del 1 de septiembre. En esos días Pedicone dispuso el cese de prisión del imputado Ángel Bravo por la falta de interés en que continuara la privación de la libertad de parte del fiscal Alejandro Noguera. La Corte, sin embargo, ratificó que el juez tenía la firma inhabilitada con los votos de los vocales Antonio Daniel Estofán, Leiva y Eleonora Rodríguez Campos. Al analizar un pedido de Pedicone para que se esclareciera “este bochorno institucional” que involucraba al relator Garmendia, los tres supremos mencionados aplicaron un apercibimiento al juez, que aún no está firme. Tanto en las acordadas de ratificación de la inhabilitación como en la de la sanción, los vocales Claudia Sbdar (presidenta) y Daniel Posse votaron en disidencia.

Valladares por su parte escribió a mano y firmó el acta donde dice que él oyó por el altavoz cómo Leiva convocaba a Pedicone a tomar un café en el bar Ohana. El instrumento añade que Pedicone refirió que el vocal le había pedido que manipulara la causa del legislador Ricardo Bussi y que aquel iba a denunciar la situación cuando se desprendiera del caso. Tras la denuncia del 1 de septiembre, el secretario se desmintió a sí mismo: expresó que labró el acta “por temor reverencial” a Pedicone. Este, a su vez, expresó que Valladares había confirmado el acta en dos conversaciones que él también había grabado.