Al haber prosperado el planteo del fiscal Carlos Sale, Ricardo “Riky” Puenzo afronta una acusación histórica en la provincia. Se le imputó homicidio agravado por el odio a la identidad de género, por femicidio, alevosía y por el uso de arma en contra Alejandra Benitez. Será la primera vez que desde el inicio de la instrucción, el crimen sea considerado como transfemicidio.
Hace una semana, en calle Ayacucho y avenida Roca, la joven trans fue asesinada de varios disparos y además resultó herido Diego Mercado. Según las primeras investigaciones, el sospechoso, comerciante salteño que está radicado en nuestra provincia, se habría movilizado primero en un automóvil Ford Ka y luego en una motocicleta, sería el autor de los disparos que impactaron contra la víctima y su compañero.
Al día siguiente, personal de la división Homicidios realizó varios allanamientos en el marco de la investigación y secuestró una pistola nueve milímetros, una carabina calibre 22, numerosas municiones, elementos balísticos y un teléfono celular. Además, en otro domicilio se secuestraron el automóvil y la motocicleta del sospechoso.
“Desde el momento que ocurrió el hecho nuestro equipo trabajó rápidamente para tratar de establecer cómo se desencadenó el transfemicidio y dar con el sospechoso. Por ello se solicitaron allanamientos y la detención de la persona indicada como posible autor del hecho”, dijo el jefe de Homicidios, Diego Bernachi.
El investigador destacó que trabajaron de manera conjunta con la policía de Salta y con colaboración con las fuerzas federales. Establecieron, por ejemplo, que en las últimas horas habían viajado a nuestra provincia el padre y la novia del empresario para convencerlo de que se presentara ante la Justicia, paso que Puenzo llevó a cabo ayer a la madrugada.
“Ricky” era conocido en la comunidad trans, ya que en reiteradas oportunidades había contratado sus servicios sexuales.
Antecedentes
El fiscal Sale aplicó la perspectiva de género en este caso. Alejandra, legalmente, no había cambiado de sexo, pero se sentía mujer, por lo que le corresponde que sea tratada como tal.
El funcionario judicial se basó en un fallo histórico que tuvo como protagonista a otra tucumana: Diana Sacayán. La joven, una reconocida activista a favor de las travestis y de las mujeres trans, fue asesinada en octubre de 2015 de trece puñaladas por su pareja, Gabriel Marino.
Un tribunal de la provincia de Buenos Aires condenó a Marino a cadena perpetua en junio de 2018 al considerarlo como un crimen de odio a la identidad de género o, si se prefiere, un travesticidio.
Sin embargo, el histórico fallo fue apelado en la Cámara de Casación, y en octubre se confirmó la pena, pero se le quitó el agravante de “odio por identidad de género”, al considerar que no se habría confirmado que el acusado haya sido un “homofóbico”. Los representantes legales de la familia de la víctima anunciaron que harán un planteo ante la Corte Suprema de Justicia.
Carlos Garmandia, representante de la querella, se mostró conforme con el resultado de la audiencia. “Por mi parte, además pedí que se considere como agravantes la alevosía y la portación ilegítima de armas, la jueza Isolina Apas Pérez de Nucci hizo lugar al pedido y mostró tener una capacidad técnica destacable, hizo referencia a los tratados internacionales que se debían aplicar para este caso”, opinó.
La magistrada resolvió además dictarle la prisión preventiva por 90 días a Puenzo, que tenía un pedido de captura vigente por lesiones graves en Salta.