Este fue el año en que Fito Páez volvió al interior del país, después de años. Fue en dos fiestas populares, en Cosquín y en la Vendimia, donde fue cálida y masivamente recibido.
Para el 13 de marzo, en su agenda estaba previsto un superconcierto en el Hipódromo de Rosario, donde lanzaría su esperado álbum “La conquista del espacio”. Pero se postergó: esa presentación es la que va a tener lugar hoy en vivo vía streaming, a las 21, desde el Movistar Arena de Buenos Aires.
Páez, que hizo dos streamings íntimos al comienzo de la cuarentena, se prepara con todo para este show. “Va a ser una producción muy grande, con una puesta en escena impactante y con una invitada especial que no puedo revelar”, anticipa Juan Pablo Kolodziej, el productor de sus espectáculos y discos.
“Fito es muy metódico y disciplinado. Se cuida muchísimo; está siguiendo una rutina de canto tras todos estos meses sin cantar, y tal como un deportista tiene que entrenarse. Se prepara como si fuera un concierto en vivo en una arena, tal como para sus más grandes conciertos”, agrega.
Desde hace tres años Kolodziej, desde la productora Rodeo Entertainment, de Rosario, es el responsable de haber reposicionado la carrera de Páez en LatinoamérIca y en el mundo. Lo ha llevado desde agotar entradas en el Carnegie Hall (Nueva York), el Fillmore (Miami) y el Dolby Theatre (Los Ángeles) hasta su gira por Madrid, Barcelona, Gran Canaria, Andorra y Londres. Hasta este año, en que también está ganando terreno on line. De hecho, este año los primeros artistas que inauguraron los shows virtuales en esa modalidad fueron Jorge Drexler, Juanes y Páez.
- ¿Se venden realmente entradas para shows virtuales?
- En nuestro caso la venta -nacional e internacional- va muy bien. Claro que no son los mismos costos los de un show íntimo desde la casa que este, que involucra mucho movimiento. Desconozco los números de otros artistas, porque son muy cambiantes.
- ¿Creés que el streaming llegó para quedarse?
- Es una herramienta que tienen los artistas y el público para poder seguir interactuando. Es difícil porque el artista necesita la respuesta de la gente desde el escenario. Estar frente a una cámara o a una pantalla es una experiencia a la que muchos se van acostumbrando, y lo mismo pasa del lado del espectador. Salen notas que afirman que los streamings llegaron para quedarse. Creo que van a quedarse mientras no se permita ir a un concierto. Después van a querer ir a los conciertos en vivo, como siempre, porque hay un sentimiento de comunidad para ver a un artista. Es como el cine: uno se pregunta por qué sigue funcionando desde el VHS.
- ¿Cómo sigue el panorama de los shows on line?
- Creo que la conexión virtual va a entrar en una etapa de agotamiento. Que la gente necesita el espectáculo porque es la válvula de escape a todo. Se han dado estos tiras y aflojes con la gente de los teatros para la apertura. En el mediano plazo se van a tener que habilitar conciertos y shows para poca gente. Por lo menos que se dé la posibilidad de disfrutar de un espectáculo en vivo, sin exponerse a contagiarse ni a contagiar, con todos los protocolos. El tema, además, pasa por todas las fuentes de trabajo dentro y alrededor de las salas (incluso bares y restoranes). La situación nacional e internacional es incierta, pero toda la comunidad artística necesita trabajar y generar ingresos, hay gente que está muy mal y desde hace rato.
- ¿De cuántos puestos de trabajo estamos hablando en Argentina?
- El estimativo, sólo en la música, llega a unos 500.000 puestos de trabajo. Es mucha gente. Pensemos que un músico como Fito tiene no menos de 15 a 20 personas de crew. Es gente que sólo vive de esto. Hablamos de empleos directos, y después están todos los indirectos de varios y diversos rubros -seguros, logística, catering, etcétera-. Es un parate que afecta también gravemente a la comunidad de los actores.
El show: quiénes intervienen
Puesta en escena de Adriana Maestri
La banda la integran:
. Diego Olivero en bajo y dirección musical
. Juan Absatz en teclados y voces
. Juani Agüero en guitarras y voces
. Gastón Baremberg en batería
. Florencia Villagra en voces