Los cítricos y su complejo agroindustrial son unas de las principales fuentes de trabajo y de riqueza para Tucumán. Debido a ello, la Estación Experimental Agoindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) sigue trabajando y difundiendo todos los adelantos técnicos vinculados a esta actividad, aun en este contexto de pandemia.
En ese sentido, y continuando bajo el lema “El campo no para, nosotros tampoco”, la institución, junto a la firma Brucke Agro organizó la Jornada Virtual N° 16 -la tercera para el sector agroindustrial citrícola-, referida a enfermedades cuarentenarias en cítricos: la situación actual, los desafíos y las experiencias. Hernán Salas, coordinador del programa Citrus y director Asistente de la Eeaoc, recordó que las charlas de las jornadas estarán disponibles en los canales de YouTube de la entidad y de Brucke Agro.
En esta ocasión, nuevamente se abordó el análisis de las condiciones meteorológicas de la campaña que recién comienza, su analogía con otras campañas que presentaron características similares y cómo impactaron en los aspectos cualitativos y cuantitativos de la producción. Esta exposición estuvo a cargo de Jorge Forciniti, de la sección Agrometeorología.
Luego, Vanesa Hochmaier, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Concordia contó sobre las experiencias en el NEA del control de mancha negra, enfermedad fúngica cuarentenaria, mediante el uso de estrobilurinas en naranja Valencia. De igual manera, Gabriela Fogliata, de la sección Fitopatología de la Eeaoc, expuso su experiencia en el uso de estos activos para el control en limonero, basada en más de 10 años de observación.
Martín Delucis, director de Comercio Exterior Vegetal del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), mostró las estadísticas de la exportación de los últimos años, y se refirió con crudeza a la difícil situación actual con la Unión Europea, cuyo mercado -precisó- se encuentra momentáneamente cerrado, por lo menos hasta el 30 de abril del año que viene.
Finalmente, Salas expuso sobre los resultados de casi 20 años de investigación a campo del manejo de la cancrosis en limonero. Nuevamente y al igual que en las otras jornadas, unas 300 personas participaron activamente, escuchando y, luego, preguntando a los distintos expositores.
El suplemento Rural de LA GACETA entrevistó a Salas, para conocer un poco más acerca de este encuentro virtual.
- ¿Conforme con el desarrollo de la jornada?
- Muy conforme. La gente realmente está aprovechando estos espacios de formación y de actualización, que se brindan en menos de tres horas y desde el lugar en donde se encuentren, mediante el uso de cualquier dispositivo. Las devoluciones que tenemos son muy favorables en ese sentido, por lo que creo que seguiremos en esa línea, abordando los temas de interés que se presenten según la época del año y la cronología del cultivo.
- ¿Qué aspectos desea destacar de su exposición sobre cancrosis?
- Tucumán posee características agroecológicas muy buenas para la producción de limón. De igual manera, esas características que inducen al crecimiento permanente, también le son favorables a la cancrosis, que requiere justamente de tejidos nuevos y tiernos para su desarrollo. La Eeaoc estudia esta enfermedad bacteriana desde 2002, cuando se la detectó. La ocurrencia de lluvias abundantes coincide con las mayores manifestaciones de síntomas de cancrosis en las plantas. Y si además se dan con viento o granizo, esa manifestación se agrava aun mucho más. La presencia de espinas en algunas variedades y del minador de la hoja de los cítricos, en general, contribuyen en gran medida a empeorar la situación.
- En cuanto a medidas de manejo o control de la enfermedad, ¿qué nos podría comentar?
- Al ser el limonero una especie refloreciente genera la presencia simultánea de fruta de distintas edades en la planta, lo que exige períodos más largos de control. Existen medidas culturales que pueden ayudar al manejo, como la elección de variedades o de combinaciones, la renovación con plantas sanas, la implantación de cortinas rompevientos, la poda mecánica en plantas jóvenes -esto elimina brotes y frutos de la parte superior de la planta, que son los más afectados-, la desinfección de vehículos y de maquinarias, entre otros.
- ¿Y con respecto al control químico?
- Las otras son todas medidas relacionadas al control químico, que bien realizadas aportan sustancialmente al control de la enfermedad. Si bien todas las formulaciones cúpricas mostraron buen control, la más eficaz fue el óxido cuproso.
- ¿Cuál es la forma de aplicación correcta?
- Se debe aplicar en lotes adultos no menos de 4 kg de cobre metálico por hectárea, en forma mensual, desde octubre hasta febrero o marzo de ser posible, acompañando el período de lluvias -se debe considerar que las formulaciones comerciales de cúpricos existentes en el mercado generalmente vienen al 50% de cobre metálico-. A mayor cantidad de cobre, mayor protección. Asimismo, el control del minador de los cítricos resulta una herramienta clave en la estrategia. Este puede ser agregando abamectin o spinosad en las pulverizaciones terrestres y si las condiciones de piso o meteorológicas no lo permiten, el uso de la aplicación aérea ha demostrado excelentes resultados, a un costo razonable. Es muy importante resaltar que todas estas medidas son preventivas ya que no existen curativas. Por lo tanto, y al igual que con mancha negra, debemos hacer todo lo necesario pensando en que las condiciones serán favorables para el desarrollo de la enfermedad, independientemente de los pronósticos.