Cada 15 minutos se pierde una vida por muerte súbita en Argentina. Cada año, se producen 50.000 infartos. Siete de cada 10 casos ocurren fuera del hospital. Además, los accidentes domésticos son una de las principales causas de fallecimiento de los chicos.
Estas son algunas de las razones para entender por qué las maniobras de RCP (reanimación cardiopulmonar) marcan la diferencia, ya que cualquier persona puede realizarlas si hace un curso de dos horas.
Estas capacitaciones se desarrollan en la Dirección de Emergencias de Tucumán. Por año se instruye un promedio de 4.000 a 5.000 personas, destaca el doctor Juan Masaguer, docente del centro de capacitación y formación de emergencia.
Este año los cursos no han podido realizarse con normalidad a causa de la pandemia. Lo ideal, según Masaguer, sería que el 10% de la población (unos 160.000 habitantes) estuviera capacitado en manejo de DEA (desfibrilador externo automático) y RCP. Se cree que aproximadamente hay unos 20.000 tucumanos ya preparados para hacer estas maniobras.
En nuestra provincia funciona el programa de “ciudad cardioprotegida”. Unos 80 DEA están instalados en edificios y reparticiones públicas. Los hay en la Casa de Gobierno, en el Teatro Mercedes Sosa, en el Mercofrut, en el Poder Judicial, en la Legislatura, en la terminal de ómnibus y en la Casa Histórica, entre otros sitios.
Bares, teatros, clubes
Masaguer considera que es necesario que más espacios privados tengan estos dispositivos. Opina que serían fundamentales en hoteles, bares, teatros, cines, bancos, restaurantes, casinos, casas de juego, clubes y gimnasios.
Según estudios científicos difundidos por la Federación Argentina de Cardiología, el uso del DEA triplica las chances de sobrevida tras un paro cardíaco.¿
En el caso de los paros que ocurren fuera de los hospitales, las estadísticas muestran tasas de supervivencia de tan sólo el 5% al 10%. Esto ocurre, en parte, por el poco uso de los DEA. Sólo en un 3% de los casos las víctimas son desfibriladas antes de la llegada del servicio de emergencias.
Los DEA son aparatos sencillos de utilizar. La persona que intente la reanimación sólo debe seguir unas instrucciones para salvar a la víctima de una muerte segura.
El aparato explica, paso a paso, cómo reaccionar ante una pérdida de conciencia: comprobar el pulso, el nivel de conciencia, realizar maniobras de reanimación y, por último, realizar la descarga eléctrica si la víctima no responde a las técnicas de auxilio.