“El hecho de que los ciudadanos han decidido quebrar las instituciones para buscar justicia por mano propia, demuestra que el Estado no existe y que se ha roto el contrato social. La situación supera lo preocupante, es peligrosa. La provincia ha llegado a un retroceso de niveles inimaginables. Hay un sistema que se ha agotado. Es fundamental tomar el timón y corregir el rumbo de inmediato. El despido del ministro Claudio Maley y de toda la cúpula policial debería ya ser una decisión tomada. Pero es solo el primer paso para un cambio de fondo que no puede quedar en manos de quienes son los mayores responsables de lo que está sucediendo. Hace falta un nuevo pacto político y social para la provincia”.
La declaración pertenece a la senadora Silvia Elías de Pérez, quien sumó su consternación a los hechos sucedidos en lo que denominó un “miércoles negro” para nuestra historia. “Lo sucedido es otra página de un Tucumán que duele. El linchamiento del sospechoso de un crimen es la vuelta a un estado salvaje, en el que no hay ley. Pero es la consecuencia inevitable de lo que ha generado un modelo político que lleva décadas gobernando la provincia. Manzur, Jaldo y antes Alperovich decidieron construir un poder político en el que las voces disidentes no tiene posibilidad de controlar, ni de influir en las decisiones públicas; han abandonado los barrios al control de los narcos; han desprofesionalizado y amparado a una Policía ineficiente y corrupta; coparon los tribunales con jueces y fiscales amigos que garantizan impunidad. El resultado, no por triste, deja de ser inesperado”, precisó la parlamentaria.
Elías de Pérez también sumó en sus cuestionamientos a la Justicia. “Lo que sucede en las calles no es casual. No son hechos aislados. El mensaje que llega desde los Tribunales es que hay un poder que está solo para proteger a los amigos y no para hacer cumplir la ley o castigar al delito. Para la mayoría de los tucumanos, las instituciones no sirven, no tiene razón de ser. Los vocales de la Corte Suprema están severamente cuestionados hasta por sus condiciones morales y todo sigue igual. Eso es gravísimo”, precisó la parlamentaria.