“La familia pretendía otra cosa. Quería que el acusado sea sometido a un proceso judicial. Para la familia de la víctima esto no era la Justicia que buscaban”, aseguró José María Molina, el representante legal de los padres de Rocío Abigail Riquel, que fue asesinada el domingo. Ayer, José Antonio “Culón” Guaymás fue asesinado por una horda de vecinos en el sur de la capital, después de haber permanecido más de tres días prófugo.
El sospechoso del crimen de la niña, según las primeras averiguaciones, después de haber cometido el hecho, se refugió en la casa de un tío conocido como “Catucho”, en el barrio 240 Viviendas. La Policía lo había buscado sin éxito por esa zona. Terminó siendo encontrado por un grupo de personas que sabían que era pariente de su vecino. Lo encontraron caminando por un cañaveral. Una veintena de hombres comenzó a golpearlo hasta que fue auxiliado por un grupo de efectivos que se encontraba averiguando el paradero de un menor.
“La versión que había sido detenido comenzó a correr aún más en el barrio. Vino gente de todos lados a matar a ese hijo de puta”, dijo Mario Pedernera. “Se lo terminaron quitando de las manos y ahí pasó lo peor. Todos se arrimaron y con algo le pegaban. El chango estaba totalmente ensangrentado”, agregó.
Llegaron más refuerzos para tratar de protegerlo, pero ya era tarde. Guaymás estaba sin vida. Recibió patadas, golpes de puño y con objetos contundentes. También presentaba varias heridas de arma blanca y hasta una soga atada en su cuello, con la que se supone fue arrastrado por los surcos del cañaveral.
“¡Préndanle fuego!”, se escuchó gritar a uno de los integrantes de la turba. Los policías, que eran superados en número, decidieron cargarlo en la caja de una camioneta. En el trayecto a la morgue, la fuerza tuvo que armar un operativo especial, puesto que más de una veintena de motos quería detenerlos para seguir vejando el cuerpo del sospechoso. “¡Es lo menos que se merece ese infeliz! ¡Parece que los Policías no tienen hijos!”, gritó Fernando Herrera, que estaba parado en la puerta del laboratorio judicial.
El cuerpo de Guaymás fue identificado por los investigadores por sus características físicas y se esperaba que en las próximas se conozca el análisis de sus huellas dactilares para confirmar su identidad.
Por la muerte del acusado no se cerrará la investigación. El fiscal Ignacio López Bustos ya ordenó que se extraigan muestras para compararlas con las que se extrajeron en la escena y del cuerpo de Abigail. Con una pericia genética se hará una comparación para determinar si él fue el autor del crimen de la niña. Si los resultados son negativos, la pesquisa deberá ampliarse.
“La familia pretendía que mañana (por hoy) el acusado se siente en una audiencia para que se defina su situación procesal. Lamentablemente eso no ocurrirá. Había pruebas de sobra para sospechar que él había sido el responsable del aberrante homicidio”, agregó Molina.
Otra pesquisa
Paralelamente, López Bustos ordenó que se realizara una serie de medidas para tratar de identificar a los responsables del crimen de Guaymás. La tarea no será sencilla, ya que la escena del hecho fue alterada por la turba y tampoco se la pudo preservar por los incidentes.
Los investigadores tratarán de analizar los videos viralizados para tratar de ubicar a los autores del linchamiento. “Aquí nadie dirá una palabra. Nadie mandará a perder a nadie porque esa persona merecía morir así”, aseguró Juana de Marzota, una de las mujeres que se congregaron en la puerta de la morgue judicial.