“Por el momento podemos decir que contamos con los elementos de prueba contundentes para vincular a la persona prófuga de la causa con el crimen”, aseguró José María Molina, representante legal de la familia de Rocío Abigail Riquel, después de haber mantenido una reunión con funcionarios de la Unidad Fiscal de Homicidios I, que conduce Ignacio López Bustos. Horas después se enterarían de diferentes situaciones, hasta que se confirmó la muerte del acusado, que fue linchado por una horda.
Del encuentro participaron el secretario Lucas Maggio y la licenciada Silvia Monteros, que comenzó a brindarle asistencia psicológica a Pablo Riquel y a su esposa Sofía Coman. “Fue el primer contacto de la familia con la Justicia. Nos recibieron y nos informaron de todo el avance de la causa, de las evidencias recolectadas, las testimoniales tomadas en sede policial y las que se están llevando a cabo en tribunales”, explicó Molina. “Ese momento brindó un poco de tranquilidad a la familia. Saber que se está trabajando y que tanto el personal del Ministerio Público Fiscal como de la Policía está abocado a la búsqueda del único señalado en la causa”, añadió.
Esa tranquilidad era lo que estaban buscando los Riquel después de haber vivido horas durísimas. Primero fueron los incidentes que se registraron en Los Pocitos, donde un grupo de vecinos comenzó a difundir por las redes sociales que el acusado José Antonio “Culón” Guaymás estaba escondido en un enorme eucalipto de un predio privado. Los mismos revoltosos, después de enfrentarse con los efectivos que estaban en el lugar, se dirigieron a la comisaría del lugar e intentaron tomarla. Durante todo el martes, por Facebook y por Instagram se publicaban historias que informaban sobre el supuesto paradero del acusado.
“Estamos trabajando intensamente para dar con el acusado. Entendemos la ansiedad y las ganas de colaborar que tiene la sociedad, pero eso a veces puede entorpecer la investigación; además puede afectar a la prevención”, señaló el jefe de Policía, Manuel Bernachi. Según explicaron fuentes policiales, en las últimas horas llegaron a recibir hasta 10 llamadas por hora para brindar algún tipo de dato. “Toda la información que nos llega es analizada y chequeada. Pero a eso también debemos agregar las que se difunde en las redes sociales. Y, como mucha de esa información es falsa, nos genera un desgaste de recursos innecesarios”, destacó.
Molina agradeció la colaboración de la ciudadanía, pero también aclaró que a veces tanta información es contraproducente. “En estos momentos lo único que pretendemos es encontrar vivo al sospechoso. Entiendo la ansiedad de la gente, pero difundiendo falsas informaciones se está favoreciendo al acusado. Sabemos que lo tienen encerrado y esperamos lo más pronto posible que se haga efectiva su captura para poder hacer justicia”, agregó.
Mientras los familiares de la niña se encontraban reunidos, algunos vecinos se organizaban para usurpar el predio donde fue encontrado el cuerpo de la menor. El terreno, según comentaron algunas fuentes, está en medio de un litigio judicial y desde hace varios años lo señalaban como el lugar donde se construirá un complejo habitacional. La Policía montó un operativo especial para evitar que ingresaran más personas y se esperaban órdenes de Tribunales para actuar con los que estaban demarcando terrenos.
“La familia no tiene nada que ver con la usurpación al terreno. Lo único que pedía la mamá de Abigail es que se haga presente el dueño y limpie el basural para que puedan pedir las colocaciones de postes de luz, ya que de noche es prácticamente intransitable esa zona”, señaló.
Por la tarde, los Riquel recibieron otra pésima noticia. Se comenzaron a viralizar videos y fotografías del hallazgo del cuerpo de la víctima. “No podemos creer que haya personas que sean capaces de difundir esas imágenes. ¿Con qué necesidad hacen esto? Sólo mentes perversas pueden estar a la altura de hacer algo así; estamos hablando de un angelito. Suplicamos respeto para su familia y que no sigan haciendo más daño del que ya les toca vivir”, concluyó Molina.