“Zombies en el cañaveral. El documental” no es una película, son varias; no es un documental; sí un docu-ficción o falso documental. Como con los propios zombies, no se tiene seguridad de la existencia del largometraje; se encuentra en ese pasaje entre la vida y la muerte.
La película de Pablo Schembri se repone hoy en el Festival de Cine Gerardo Vallejo por su página oficial, luego de un recorrido por distintos encuentros incluso internacionales desde el año pasado.
“Propone una estructura de historias que convergen tanto en el filme que retrata como en la relación de los dos protagonistas de la narración”, cuenta el director durante una entrevista con LA GACETA.
- ¿De qué trata la propuesta?
- Tiene que ver también con la memoria, que es parte de la esencia del filme, tanto de nuestra provincia como así también de Argentina y el mundo de fines de los 60. Lo que investiga el documental, en gran medida, es una situación socio-política del mundo de aquellos días y que es comprendida solo en ese contexto tan especial. Por otra parte, existe también la decisión de retratar la relación entre Ofelio Linares Montt, el director, y Manucho Miranda, el productor, tan particularmente caótica que solo de ese modo se puede explicar la génesis del filme de 1965.
- Encontraste una historia...
- Mientras investigaba casos desconocidos de la historia de nuestro país para “Norte secreto” la serie de TV que dirigí, di con esta maravillosa historia. Asumí casi inmediatamente que debía ser contada mas allá de los 26 minutos de los capítulos de la serie por lo que decidí convertirla en un largometraje. Así es que de a poco fui contactándome con gran parte de los protagonistas del rodaje de esta película de terror filmada en la provincia. Afortunadamente gran parte de ellos accedieron a contarme sus anécdotas y vivencias, muchas de las cuales están retratadas en el libro “Cañaveral sangriento”, escrito por Luciano Saracino.
- Realmente, ¿pudiste entrevistar a Isabel Sarli?
- Exacto. Tuve la suerte de poder entrevistar a la gran Coca Sarli, ícono cultural argentino. No fue fácil dar con ella ya que por esos días tenía una agenda muy apretada. Pero luego de tanto insistir finalmente accedió. Todo el mérito de conseguir la entrevista es de Mariel Bomczuk y de Luz Mariel Salas, productoras del filme. La entrevista se realizó en un hotel de la Capital Federal y duró aproximadamente dos horas. Su participación en “Zombies en el cañaveral. El documental” puntualmente tiene que ver con su relación con la censura que sufrió su obra (junto a Armando Bó) durante la dictadura de Onganía. Entre otras cosas nos contó que sus películas se estrenaban con tantos cortes que finalmente duraban 45 a 50 minutos. Es también su última participación en un largometraje.
- Tuvo repercusión la película.
- Una de la cosas que más me enorgullece del filme (luego de haber estado seleccionado en 20 festivales internacionales y haber ganado siete premios) es dar a conocer a nuestra provincia y a su historia. Me es muy grato escuchar a críticos españoles, mexicanos o españoles mencionar la palabra Tucumán y que algunos me confiesen que desconocían la existencia de este lugar hasta entonces. En el fondo fue siempre una de las motivaciones que mantuvieron vivo este proyecto a lo largo de los 10 años que duró su concreción. Y la otra, sin duda, es contar la historia de un sueño, de dos personas que, contra todo pronostico, hicieron una película lejos de la Capital y a la que de a poco se le reconstituye su importancia.
Competencia internacional: ficción chilena y documental argentino
El certamen Latinoamérica del Gerardo Vallejo comienza la segunda ronda de proyecciones con una ficción chilena y un documental argentino en www.tucumancine.gob.ar. “Parío y criao”, del trasandino Jorge Donoso cuenta la relación entre Carmenza con su nieto Yorman (foto), ambos colombianos que viven en Antofagasta. Ella, empleada doméstica, quiere volver a Colombia donde se quedó la madre enferma del adolescente, pero Yorman sabe que la única opción que tiene para salir de la pobreza y la marginalidad es destacándose como jugador de fútbol profesional. En “El navegante solitario”, en tanto, Rodolfo Petriz rescata la historia de Vito Dumas, marino civil quien fue el primer hombre en la primera vuelta al mundo sin acompañante en un pequeño navío. Su época de oro y reconocimiento decayó a partir del derrocamiento de Juan Domingo Perón en 1955, hasta caer al ostracismo y ser repudiado por sus pares.