Ya cuando lo veía jugar, sobre todo por la pasión que mostraba desde los cuatro años, Patricia del Valle Peralta ya apostaba un pleno a que Maximiliano Martínez sería jugador de fútbol. Pero recapitula y cree que se cumplió lo que pensaba, incluso antes de que esté en su vientre. “A mis 13 años yo jugaba a la pelota. ‘Capaz que mi hijo sea futbolista’, pensaba y se dio. Nuestro vecino ‘Lele’, que ya falleció, es el que lo hizo disfrutar. Hacían canchitas de fútbol”, recordó.
“Adri”, como la llaman, siempre acompañó a “Maxi” en la decisión de ser futbolista profesional. En su caso tuvo que aclarárselo a sus padres. “Conmigo no gasten plata en el estudio porque no me gusta. Ellos supieron entenderme”, fue sincera la mamá, que se formó para ser fotógrafa profesional. “No le exigí estudiar porque sé que su debilidad es el fútbol”, fue comprensiva con “Maxi”, que después de terminar el secundario se dedicó sólo a pegarle a la pelota.