“La convocatoria nos resultó interesante, y nosotros veníamos con algunas búsquedas en común”, expresa Kikín Díaz, que junto a Guido Guerrero y Jorge Pérez Lucena conquistaron al jurado en la categoría Colectivo, ganando un premio de $30.000.
“Las preguntas que nos invadieron tenían que ver con hacer teatro frente a una cámara y con la ausencia del público, además de las dificultades de producir todo de manera remota. Para que el resultado fuera considerado teatral debía ser registrado en cámara fija y sin cortes, ni edición, es decir, una búsqueda de la teatralidad -explica Díaz-. Rodamos en el Teatro Municipal Rosita Ávila en solo unas horas. La magia de la puesta en escena corrió por parte de nuestro director, y la cámara, de Pablo Norry. Fue emocionante y a la vez inquietante actuar frente a una sala vacía, donde el silencio fue nuestro único espectador”.
- ¿Los miedos que afectan a los personajes los inquietan a ustedes en la realidad?
- Buscamos, a través del humor, revisitar estos discursos del miedo que proliferaron durante la cuarentena. Algunos mezclan el cientificismo con el absurdo y sin embargo muchas personas los consideran válidos. Pero a nosotros los miedos que nos afectan son otros. Nos preguntamos: ¿qué pasará con los públicos cuando todo esto termine? ¿Volverán a los teatros a vernos, acostumbrados a acceder a todo en la pantalla y desde el sillón de casa? ¿Y qué será de los miles de artistas que hoy siguen sin poder trabajar; estarán allí cuando los públicos quieran volver a las salas? Sin embargo, aunque no tengamos respuestas aún, nuestra acción será el seguir creando y produciendo.
- ¿Qué significa para ustedes este premio?
- Que se reconozca nuestro trabajo siempre es un elogio. Y que un jurado de este calibre haya valorado nuestra propuesta nos invita a seguir pensándonos y a producir más.