“Es todo un desafío jugar con Diego (Schwartzman). Si perdí con él es porque está jugando bien, y ahora le ganó un partido increíble a uno de los mejores jugadores del mundo. Llega con confianza por ser finalista en Roma y ahora haber llegado a la semifinal en Roland Garros. Parte con una ligera ventaja, porque me ganó la última vez. No hay que ocultarlo, es una realidad”. Rafael Nadal le tiró toda la presión a “Peque”, a un par de días de uno de los partidos más importantes de su carrera.
A Schwartzman el presente le sonríe, mientras desarrolla su mejor versión en uno de los Grand Slam más importantes, sigue sumando alegrías. La victoria del martes sobre Dominic Thiem le entregó no sólo el boleto a semifinales sino que le garantizó que desde el próximo ranking logrará por primera vez ser parte del top ten del tenis mundial. Claro, sólo restaba que sus próximos resultados y los de sus inmediatos competidores determinaran cuál sería su puesto.
Ayer, la caída de Andrey Rublev contra Stefanos Tsitsipas, le impidió al ruso recuperar el lugar que había perdido a manos de “Peque”. Por eso, si se armara un ranking con los puntos que todos cosecharon hasta hoy, Schwartzman que había arrancado el torneo en el puesto 14, sería el octavo del mundo.
Por eso, con la confianza en las nubes y el antecedente de haberlo superado en el último cruce, hace algunas semanas atrás en Roma, Schwartzman intentará volver a dar otro golpe ante Nadal. “Las condiciones son un poco más favorables para su tipo de juego, pero debo buscar mi camino para buscar las opciones de ganar. Debo mirar el partido de Roma y ver lo que funcionó bien y lo que no para solventarlas y salir con las cosas claras y buscar soluciones en todo momento”, sentenció el mallorquín.
“Peque” avanza a paso firme con la idea de seguir escribiendo su historia. Mientras tanto, el presente le sonríe y le da un buen guiño de cara a lo que se viene.