Eddie Van Halen: el hechicero de las seis cuerdas

“Este es para mi el mejor momento del show. Es cuando yo puedo sentarme tranquilo a tomar un cerveza escuchando un solo del mejor guitarrista del mundo”. Y David Lee Roth cumplía y dejaba que Eddie Van Halen hechizara con esos casi 14 minutos de guitarra que hicieron de Eruption una de las canciones más conocidas de rock de la historia.

Eddie Van Halen nació en Holanda, pero se crió en Pasadena, donde en 1977 formó Van Halen con su hermano, el baterista Alex, el bajista Michael Anthony, Lee Roth y Sammy Hagar. La banda rompió los moldes y cimentó las bases para el hard rock. Su primer disco, con su apellido en la tapa, fue un golpe sobre la mesa que los llevó a girar con los mismísimos Black Sabbath. Fuertemente influenciado por Clapton y por Jimmy Page. tenía un magnetismo y virtuosismo tan grandes que no necesitaba ser el frontman para ser la verdadera estrella del grupo.

Hot for teacher (escuchen ese riff inicial, por favor), Runnin’ with the devil, Right now, Mean Street o Ain’ talkin’ ‘bout love pasaron a formar parte de los himnos de la banda con un Eddie endemoniado detrás de las seis cuerdas. Era un enfermo de la guitarra y su hermano siempre recordaba que hasta dormía con ella. Zapaba todo el día. Pero Van Halen no quiso ser uno más y se transformó en un Guitar Hero. Y dejó un sello copiado luego por miles de guitarristas, el tapping, esa técnica que conjuga virtuosismo, velocidad y precisión inaudita, que consiste en tocar la guitarra con ambas manos sobre el brazo de la guitarra. Eddie no usaba pedales, la distorsión venía de sus propios dedos. Y su banda fue copiada por muchas otras, llevando al extremo el “Hair metal”, donde tener un hermoso cabello era tan importante como tocar los instrumentos.

En la línea de Zappa, de Jeff Beck, de Uli Jon Roth o de Ritchie Blackmore o del mismo Brian May un poco más tarde, Eddie Van Halen alcanzó el Olimpo con su guitarra. Y hoy nos dejó. Un cáncer se lo llevó con 65 años. Considerado por Rolling Stone como el octavo mejor guitarrista de la historia, Van Halen ya es parte de la historia del rock. Hace ya varios años, en una entrevista que hice con Pedro Aznar, el hombre de los mil instrumentos todavía tenía esperanzas. Decía que el rock no iba a morir nunca. Que tal vez mutaría, pero que sería imposible matarlo. El problema, sin pretender desdecir a Pedro, es que se nos están muriendo los virtuosos. Y esos son irremplazables.