Atlético sale a buscar rivales por el NOA

Desde que se vive en medio de una pandemia, casi siempre llega un momento de nuestros días en el que nos preguntamos cómo puede ser posible que pasó lo que todavía está pasando. Un intervalo de incredulidad y descreimiento ante la inédita situación y los tantísimos problemas que genera. Ese pequeño lapso que debe ser sucedido por un baño de realidad y una decisión de seguir enfrentándola pasó más seguido que de costumbre en la cabeza de Ricardo Zielinski en la última semana. A lo insólito de tener jugadores contagiados de un virus para el que todavía no hay vacuna, se suma el hecho de no tener equipos para jugar amistosos.

No se trata de un problema menor teniendo en cuenta que el equipo de 25 de Mayo y Chile está apenas a poco más de un mes de finalmente jugar su primer partido oficial confirmado: el 28 de octubre deberá disputar la ida por los 16vos. de final de la Copa Sudamericana. La Liga Profesional está -en principio- pautada para iniciarse el 10 de ese mes pero nada garantiza que efectivamente comience, como sí pasa con los torneos de la Conmebol. La Copa Libertadores es el mejor ejemplo: por momentos da la sensación de que se juega como sea, a diferencia de nuestro país que todavía tiene dudas.

Eso sí: desde ayer, los equipos del fútbol argentino pueden jugar amistosos contra otros equipos. Estos fueron autorizados por la AFA, que también hace poco permitió los partidos internos en cada plantel entre titulares y suplentes. Los 11 contra 11 de cada semana es tan necesario como el agua para todos los equipos en su vida semanal. Los amistosos son una parte fundamental de cualquier pretemporada, pero mucho más en una como esta que incluye más de siete meses de inactividad total en cuanto a partidos.

El cuerpo técnico “decano” por ahora sólo puede ordenar partidos entre titulares y suplentes, pues todavía no encuentra rival. El problema de conseguir uno en las pretemporadas no es nuevo, pero generalmente obedece a un tema de exigencia: un equipo de Primera querrá a otro de la misma categoría para probarse. En el peor de los casos, uno de Primera Nacional. En este caso, en la provincia no hay ningún equipo además de Atlético que esté en condiciones de jugar un partido. Ni siquiera si Zielinski bajara sus exigencias y decidiera enfrentar a conjuntos del Regional Federal o la Liga. Ningún otro conjunto está entrenándose por la incertidumbre de sus propios torneos y eso será un problema. San Martín todavía espera el fallo del TAS para regresar a las prácticas; Atlético Concepción y Sportivo Guzmán todavía no saben qué sucederá con el Regional y los de la Liga, menos.

Los dirigentes habían conseguido agua en el desierto hace algunas semanas, pero se las quitaron de las manos. Habían concretado dos series de amistosos contra Central Córdoba de Santiago del Estero (uno acá y otro allá) para el pasado miércoles y mañana, pero el equipo santiagueño desistió. Quizás porque aún no tiene contagiados en su plantel o vaya a saber por qué, pero no quiso jugarlos. Era un equipo de Primera para medirse y no había que trasladarse tanto. Demasiado bueno para ser cierto.

Aun así, la frustrada gestión dejó su enseñanza: habrá que buscar en la región. En Salta los equipos viven la misma situación que acá y encima se trata de equipos -en el mejor de los casos- de tercera categoría. La solución parecería estar en Jujuy. Los dirigentes mantienen charlas con sus pares de Gimnasia para concretar una serie de amistosos acá y allá. El “Lobo” volvió a los entrenamientos presenciales hace más de tres semanas como indicaron para la Primera Nacional y está en un buen momento como para enfrentarse al “Decano”. Es cierto, los de Zielinski llevan casi dos meses practicando, pero en estos momentos parece ser lo mejor que pueden conseguir. Habrá que acelerar los trámites y concretarlo. Luego podremos tener otro de esos fugaces cuestionamientos existenciales en pandemia. Luego. Primero, a concretar un bendito amistoso.