"Sentía que estaba perdiendo mi cuerpo y después de varias horas me sentí renacer"
Piensa en ese momento y la invaden las lágrimas. Luciana Bolognini estaba tan desesperada por el estado de salud de su madre, que había contraído coronavirus, que comenzó a pedir ayuda en las redes sociales sin consultar con el equipo médico de qué manera se realizaba la transfusión de plasma.
La mujer, Nancy Gambandé, estaba grave y su familia depositaba en ese ensayo médico todas las esperanzas. “Escuché el rumor de que había faltante de plasma para sangre tipo A+ y me desesperé”, recuerda Luciana. “Uno como familiar se preocupa y hace de todo, no se detiene”, explica.
Más tarde, Luciana supo cómo funciona el Banco de Plasma, donde las donaciones no son dirigidas, y bajó la publicación de las redes sociales.
Una madrugada, a las dos de la mañana, la dosis para Gambandé llegó al sanatorio donde estaba internada. “Fue una inyección de vida”, relata Nancy, emocionada. “Yo sentía que estaba perdiendo mi cuerpo y luego de varias horas me sentí renacer, podía volver a respirar sin dificultad. Por eso les pido que donen plasma, en esa bolsita está la esperanza para quienes la tienen difícil con esta enfermedad”, asegura.
“Para mi madre recibir plasma fue como una inyección de vida”, manifiesta Luciana, que no sabía cómo reaccionar al reencontrarse con su madre. “Cuando le dieron el alta y pude encontrarme con ella fue muy fuerte”, dice con la voz entrecortada por la emoción. Y agrega: “pensé que nunca más iba a abrazarla”.
Producción de Álvaro Medina y Alejandra Casas Cau.