Los alegatos en la causa que investiga al detenido empresario Lázaro Báez y a sus hijos como presuntos integrantes de un grupo dedicado al lavado de dinero están cargados de contenidos políticos.
La defensa de Leandro y Melina Báez, dos de los cuatro hijos del dueño de Austral Construcciones, sostuvo que ambos fueron víctimas de una "operación" de inteligencia que buscaba "meter presa" a la entonces presidenta y hoy vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, y a su hijo, el diputado nacional Máximo Kirchner.
El abogado Alejandro Baldini, al requerir la nulidad de lo actuado en el proceso hasta 2017, sostuvo que "la idea" era involucrar a la esposa del ex presidente Néstor Kirchner en este proceso.
El letrado inició su alegato final en el juicio ante el Tribunal Oral Federal 4 y planteó que los dos hijos menores de Báez fueron presionados por su exabogado Santiago Viola para declarar como arrepentidos e involucrar a Cristina y a su hijo Máximo.
"(Mis clientes) obraron sin discernimiento, sin libertad a raíz de esta operación que se armó con complicidad de funcionarios de la AFI hasta al menos el 5 de mayo de 2017", indicó Baldini. Sostuvo que fue entonces cuando Leandro y Melina cambiaron de abogado, y consideró que Viola formaba "parte de la maniobra" en contra de sus defendidos.
Para demostrar su argumento, exhibió en la audiencia -a través del sistema de videoconferencia Zoom- un correo electrónico que Viola habría enviado con instrucciones para que tres de los hermanos Báez declarasen como imputados colaboradores.
Entre estas instrucciones estaba, según el mail exhibido al Tribunal, aludir a "bóvedas" en la casa de la expresidenta y a dinero de los Kirchner "imposible de justificar", entre otros puntos.
Según interpretó Baldini en el alegato, "de prosperar la maniobra, hubiera significado la privación de la libertad de la expresidenta y su hijo". E insistió: "el objetivo de los abogados era apresar a a expresidenta y su hijo y no defender a Leandro y Melina".
"Jamás pasó por la mente de Leandro ni de ninguno de sus hermanos ni del padre acogerse al beneficio de imputado colaborador, jamás", aseguró.
Baldini planteó la nulidad por falta de defensa, a la que tildó de "ineficaz y desleal" y recordó que Viola está procesado en una causa por falsas acusaciones al juez que instruyó la pesquisa, Sebastián Casanello, vinculadas a visitas a la Quinta de Olivos que no existieron.
En cuanto a la acusación concreta por figurar como beneficiarios en cuentas del grupo Austral Construcciones en el exterior, el letrado argumentó que eso no constituye delito.
"El ser beneficiarios de cuentas en el exterior no los convierte en delincuentes, más cuando el origen lícito de los fondos se encuentra probado", sostuvo.
Leandro y Melina "desconocían por completo la ilicitud de los fondos, porque los negocios y las empresas de su padre eran públicos".
"Lázaro Báez era conocido por todos" en Santa Cruz, aseveró; y agregó que sus hijos "jamás dudaron de la licitud de los fondos".
Báez, sus cuatro hijos y otra veintena de acusados son juzgados por presuntas manobras de lavado de dinero calculadas en 55 millones de dólares entre 2003 y 2015 .
En el juicio, la defensa de Martín Báez ya formuló su alegato final y pidió la absolución.
La fiscalía a cargo de Abel Córdoba, por su parte, reclamó 12 años de prisión para Lázaro Báez, detenido desde junio de 2016, 9 para su hijo Martín, también preso.
Para Leandro Báez, el acusador pidió cinco años de prisión y para las dos hijas del dueño de Austral Construcciones, Melina y Luciana, 4 años y seis meses. (Télam)