“Lo saqué a volar, en el vuelo eterno”, contó Shauin Kao. La parapentista cumplió con el deseo de Eduardo Deheza que además de haber sido un experimentado colega, fue su amigo. El séxtuple campeón argentino perdió la vida el 13 de septiembre cuando volaba a campo traviesa, su especialidad en el vuelo libre. Partió desde San Javier y en la zona de Vipos, cuando estaba aterrizando, hubo un incremento de viento que causó el accidente y un golpe fatal.
Amante del cielo, que era su “oficina laboral”, “Chupete” quería que desde ella se esparcieran sus restos mortales. “Era un tema que ya habíamos hablado previamente. Él me decía que, como era la más chica del grupo de amigos más íntimos, me tenía que encargar de él. Tuve el honor de lanzar sus cenizas en el cerro”, relató emocionada Kao.
La ceremonia se realizó en el cerro San Javier el último domingo. El cuerpo de Deheza ya había sido cremado hacía unos días, pero para cumplir el deseo del piloto las condiciones climáticas debían ser las adecuadas. El día pronosticado como bueno fue eso y mucho más; perfecto para darle el adiós en el cerro San Javier a pleno sol y con térmicas que permitieron el vuelo de varios parapentes y también aladeltas, el instrumento de vuelo en que Deheza se inició. “Él se encargó de que salga perfecto”, comentó Kao.
Las cenizas fueron mezcladas con unos pedazos de papel higiénico, una estrategia que Deheza empleaba para identificar las térmicas que permiten el vuelo, y pétalos de la planta Santa Rita. Además, familiares y amigos plantaron un ciruelo para que de manera simbólica siempre esté presente en los despegues. La música tampoco estuvo ausente, ya que Deheza era un habilidoso con la armónica por lo que una alumna tocó el instrumento.
En tanto, en lo deportivo, la actividad competitiva mantiene la fecha de reanudación para noviembre con la última fecha del Abierto Tucumano, supeditada a la evolución de la pandemia.