La primavera llegó con la apertura de bares en Monteros

Los bares, confiterías, restaurantes y gimnasios de Monteros reabrieron sus puertas ayer luego de 21 días de inactividad. Están obligados a atender entre las 7 a 23. El acontecimiento se dio en una jornada cálida y que invitó a muchos jóvenes y adultos a reencontrarse con sus amistades a compartir un momento en el inicio de la primavera. La reapertura de la actividad gastronómica y de los gimnasios, concretada con un protocolo especial, era esperada con ansiedad por los empresarios.

La mayoría denunció estar jaqueados por una crisis sin precedentes a causa de las restricciones adoptadas para frenar el avance del coronavirus. El Comité de Crisis Municipal dispuso la semana pasada postergar siete días más la reapertura de esas actividades al recrudecer una ola de contagio de Covid-19. La decisión, que se adoptó en forma independiente al Comité de Emergencia de la provincia (COE), cayó como un baldazo de agua fría entre los comerciantes. Luego de despacharse con duras críticas contra la intendencia, al considerar que injustamente se volcaba sobre ellos la responsabilidad de la crisis sanitaria, se resignaron finalmente a acatar lo resuelto. El campeonato de billar que se realizó a principio de mes en el bar El Angel, ubicado a pocas cuadras de la plaza principal, fue señalado como el que disparó la cifra de infectados en la ciudad.

De este encuentro competitivo participó más de medio centenar de personas. Varios de los asistentes luego resultaron con positivo para coronavirus. Sin embargo el propietario de ese negocio, Jorge Martinez, negó que en su local se haya realizado el certamen en cuestión y deslindó su responsabilidad con el brote de positivos.

“Los gastronómicos y dueños de gimnasios aceptaron la postergación de la reapertura, pero dejaron en claro que no están dispuestos a volver a cerrar o cargar con la responsabilidad de un problema sanitario” dijo Aldo Mansilla, titular de la Unión Comercial e Industrial de Monteros (UCIM). El planteo le hicieron al intendente, Francisco Serra, durante una reunión que se realizó a mediados de la semana pasada. “Consideran que no es justo que cada tanto se señale a esas actividades como las que inciden en los contagios. Es que no aguantan ni un cierre más. Algunos quebraron y otros están al borde”, observó el dirigente.

Los vecinos celebraron la reapertura de los bares, confiterías y restaurantes. “Es necesario que estas actividades se reactiven. Inciden bastante en el movimiento económico de la ciudad. Pero al mismo tiempo es vital que se respeten las medidas de bioseguridad”, opinó Luis Nieva. Doña Angela Correa exhortó por su parte a las autoridades municipales a incrementar los controles en los negocios y reuniones particulares a fin de evitar otro hecho lamentable como el ocurrido en el billar. “Aquí mientras unos se sacrifican y son solidarios al respetar las medidas de prevención, otros siguen de fiesta” advirtió.

Los negocios gastronómicos están sujetos a estrictas condiciones de higiene y sanitización. Se les permite instalar mesas en el exterior y al aire libre (no patios internos), en cada una pueden estar tres personas y a dos metros de distancia entre estas. Cada mesa debe tener sanitizantes. El uso del barbijo es obligatorio. No sólo la reapertura de los bares y confiterías le cambiaron el relieve al microcentro, sino también el levantamiento de la carpa que se había levantado por calle Colón primera cuadra, frente a la sucursal del Banco Macro. Servía de amparo a los clientes de la entidad crediticia, obligados a permanecer afuera por razones sanitarias. UCIM había pedido su erradicación en razón de que la estructura impedía la circulación peatonal y vehicular por esa arteria. Así perjudicaba a los comercios ubicados en ese sector. El intendente Serra dijo que el municipio está dispuesto a tomar todas las medidas que están a su alcance a fin de lograr la reactivación de la actividad comercial.