20 Septiembre 2020
Más que moda, será siempre un clásico. Cuando yo iba a los boliches tomábamos gin tonic o whiscola. Creo que la tendencia llegó a partir de que la gente empezó a viajar, y España en particular es una de las mecas del gin tonic: hace más de 10 años que se instaló como tendencia y ya pasó de ser moda a ser un clásico, se consume cada vez más.
Sobre el gin tonic no hay blancos y negros, el productor lo puede adaptar como quiera con la infinidad de botánicos disponibles, pudiendo lograr un London dry, un gin frutado, cítrico. Esa versatilidad la hace una bebida que pueda instalarse y quedarse para siempre.
Se consumía en el vaso de trago largo, donde se servían todos los tragos. Desde hace dos años, cuando arrancó la moda en Argentina, viró hacia el copón de vino. Y hoy ya hay un copón balón de gin tonic. Eso es valor agregado, es un símbolo de estatus. Otra fortaleza es que es un trago directo: un destilado y una gaseosa. Simple de preparar en cualquier lado.
Otra cualidad es que se puede regular la cantidad de alcohol cuando lo preparás, y eso le suma versatilidad, porque se puede adaptar a todos los gustos. Esto además de todos los sabores que se le pueden agregar. Está a punto de salir un gin con sabor a pepino, por ejemplo. Respecto del agua tónica, antes teníamos una o dos disponibles. Ahora, gracias a este auge, hoy se están produciendo sólo en Argentina 30 tónicas premium, entre ellas la premiada Santa Quina.
La moda que viene, que ya está instalada en Buenos Aires a partir del camino que abrió Tato Giovannoni con su gin Príncipe de los Apóstoles, son las gintonerías. En Tucumán está próxima a abrir una en la avenida Aconquija, que será la primera de Tucumán. No es ni más ni menos que un bar orientado al gin tonic. Por supuesto habrá otras opciones, pero el objetivo es ofrecer una gran variedad de gin tonics: el cliente puede elegir la marca del gin, la tónica y los agregados con los que sale.
Simpleza, versatilidad y variedad son los grandes fuertes que hacen que el gin tonic sea una tendencia que vino para quedarse.
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