Hoy se cumplen 35 años de un alegato que quedó grabado a fuego en la historia argentina: el que pronunció el entonces fiscal Julio Strassera durante el emblemático juicio a las juntas militares.
"Señores jueces, quiero renunciar expresamente a toda pretensión de originalidad para cerrar esta requisitoria. Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: nunca más". De esa manera Strassera ponía punto final a su discurso, a la vez que ayudaba a que se disemines esas palabras -incluso más de lo que ya venía siendo- como consigna acaso a la altura del "No pasarán", de la guerra civil española, y de tantos otros gritos de resistencia en la historia de la humanidad.
El "nunca más" ya circulaba por las calles de aquella Argentina. De hecho, había sido el título del informe de la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (Conadep) que encabezó el escritor Ernesto Sabato, y que durante meses investigó la suerte que corrieron los detenidos por la dictadura en los centros clandestinos de detención ilegal.
Si bien le hablaba al mundo, Strassera se dirigía, en concreto, a Jorge Torlasco, Ricardo Gil Lavedra, León Carlos Arslanián, Jorge Valerga Aráoz, Guillermo Ledesma y Andrés D'Alessio, los jueces del histórico proceso.
Esos magistrados, integrantes de la Cámara Nacional de Apelaciones, juzgaron entre el 22 de abril y el 9 de diciembre de 1985 a los comandantes de las Fuerzas Armadas que durante siete años aplicaron el terrorismo de Estado en el país: el general Jorge Rafael Videla, el almirante Emilio Eduardo Massera, el brigadier Orlando Ramón Agosti -quienes conformaron la primera junta militar-, Roberto Eduardo Viola, Armando Lambruschini, Omar Domingo Rubens Graffigna -la segunda-, Leopoldo Fortunato Galtieri, Jorge Isaac Anaya y Basilio Lami Dozo -la tercera-.
Entre el 11 y el 18 de setiembre de 1985 Strassera pronunció el alegato de la Fiscalía. Un texto de tanta fuerza que entre la memoria colectiva quedó más grabado que los propios fallos de aquel proceso.
La sentencia se dictó el 9 de diciembre: prisión perpetua para Videla y Massera; 17 años para Viola; ocho años para Lambruschini, y cuatro años para Agosti. El resto de los acusados resultaron absueltos. De todos modos, a fines de diciembre de 1990, el entonces presidente Carlos Saúl Ménem (Partido Justicialista) indultó a los jerarcas de la última dictadura.