Causa Ana Dominé: se entregó quien sería el autor del disparo que mató a la empresaria
El grupo que perpetró el asalto en el cual fue asesinada Ana Dominé se especializaba en atacar a comerciantes y realizar escruches y salideras bancarias, según confirmaron fuentes policiales y judiciales.
Los integrantes de la banda fueron investigados y hasta detenidos por haber participado en varios delitos de estas características.
Los vecinos del barrio Victoria, donde reside la mayoría, señalaron que son hijos o parientes de personas que estuvieron involucrados en delitos contra la propiedad.
Esta mañana se entregó a la Justicia un cuarto sospechoso por el homicidio de la empresaria. Se trata de Federico Antonio Sánchez, de 26 años, apuntado como el autor del disparo que produjo la muerte de Dominé. El joven quedó alojado en la Unidad Fiscal de Homicidios II.
Así, el "Loco Fede" -como le dicen- se suma a "Hormiga", a "El Negro Greco" y a "El Hijo de Zenón" como los presuntos involucrados en el asesinato que conmocionó a los tucumanos, según la investigación que lleva adelante el fiscal Carlos Sale.
Uno por uno
El miércoles, la Policía había llevado adelante 14 allanamientos en distintos puntos de la Capital por el caso. Sin embargo, sólo logró dar con uno de los posibles implicados: "Hormiga", de 33 años, cuyo nombre según el reporte oficial es Sebastián Quiroga.
Ayer, en tanto, cayeron el chofer de un taxi que habría tenido participación en el crimen de la empresaria ("Negro Greco") y "El Hijo de Zenón", quien se presentó en la sede de la División Homicidios y Delitos Complejos de la Policía en compañía de su abogado defensor.
Hoy, finalmente fue atrapado el cuarto sospechoso, uno de los más importantes ya que sería el autor de los disparos.
Ana Dominé fue asesinada de un disparo durante un asalto, el sábado pasado a la noche, en la esquina de avenida Alem y Crisóstomo Álvarez. El miércoles hubo una multitudinaria marcha encabezada por los hijos de la víctima, y que contó con el acompañamiento de familiares de otros tucumanos y tucumanas asesinados como consecuencia de hechos de inseguridad en la provincia.
¿Cómo cayeron los detenidos?
La cuñada de “Hormiga” Quiroga, cuyo nombre se mantiene en reserva por cuestiones de seguridad, se comunicó con Rocío Dominé, sobrina de la víctima, para informarle quiénes habían sido los autores del hecho.
A través de mensajes, mencionó a cada uno de ellos e indicó además que delante de ella se repartieron el dinero que le habían robado a la empresaria.El fiscal Sale aclaró que uno de los sospechosos se comunicó con la mujer y que ella les recriminó la actitud que habían tenido.
“¿Por qué mataron a esa mujer? ¿No les alcanzaba con robarle el dinero? No pueden andar por la calle matando gente”, les habría escrito en un mensaje de WhatsApp. La respuesta no tardó en llegar.
“Que te vení (sic) hacer la santa ahora”, fue el primer mensaje que habría recibido. Después: “cada vez estás más linda. Avisame cuando quieras que lo engañamos a tu marido”.
La testigo clave en la causa, por temor a represalias, desapareció y no contesta los llamados. Pero varias personas ratificaron en sede penal la veracidad de esos dichos, por lo que tuvo valor legal. De todas maneras, la Justicia está buscándola para ofrecerle garantías, así pueda declarar.
¿Qué se sabe del grupo acusado de cometer el homicidio de la empresaria?
La banda que cometió el crimen de Ana Dominé se especializó en los últimos tiempos en cometer atracos de estas características. Por ejemplo, varios de sus integrantes fueron señalados como los posibles autores de un robo a un camionero que llevaba al menos U$S 100.000 para la compra de mercadería de Buenos Aires.
El modus operandi del grupo sería el siguiente: buscaban un datero que les brinde la información para elegir la víctima. Luego realizaban tareas de inteligencia para descubrir cuáles eran sus movimientos.
Una vez que terminaban esta tarea, se dedicaban a planear el asalto. En una reunión, se dividían las tareas que debía desarrollar cada uno en el ataque.Según las investigaciones, entre uno y dos eran los que abordan a las víctimas; al menos otros actuaban de apoyo, y después también otros dos o tres colaboraban para la fuga.
Por último, se reunían en un lugar determinado y, lejos de las miradas indiscretas se repartían el botín.