Vivir en una burbuja -hasta hace no mucho- era sinónimo de algo malo. Si se lo decíamos a alguien, no era un insulto pero sí una manera sutil de descalificar a ese alguien. Como si intentáramos decirle que está desconectado de la realidad. La reanudación de la las ligas más importantes del mundo tras la aparición de la pandemia por covid-19 vino a ponerle otro sentido a la palabra. La burbuja es ahora, ese lugar seguro -en principio- en el que conviven los jugadores de distintos deportes para poder mantenerse aislados del virus y competir con tranquilidad. Funciona a la perfección en la NBA con casi 20 equipos (no ha habido un solo caso en más de dos meses de convivencia y uno de competencia) y ni siquiera ahora que permitieron a esposas, hijos y familiares de los jugadores ingresar para presenciar las instancias finales. Funcionó mal en el campamento de Boca, donde la semana pasada hubo un brote de contagio y más de 20 integrantes del plantel contrajeron la enfermedad. En Atlético aún no se instauró y difícilmente se lo haga con la modalidad de torneos que tiene por delante. Ni siquiera ahora cuando los primeros positivos en el club finalmente saltaron el martes por la noche (fueron cuatro y sus nombres se mantienen en reserva). Porque, ¿hasta qué punto el club puede replantearse su metodología de trabajo en pandemia?
Con el diario del laboratorio del lunes (ese día se realizaron los hisopados), algunos quizás la critiquen pero lo cierto es que la mayoría de los más de 20 equipos que participarán de la Liga Profesional en la temporada que viene, sufrieron al menos un caso. De hecho, Atlético era hasta el martes, uno de los cinco equipos que no habían sufrido casos entre sus jugadores o miembros del plantel o cuerpo técnico. Patronato de Paraná, Talleres, Unión y Central Córdoba son los que todavía están “invictos”. Es decir, lamentablemente era cuestión de tiempo en estas especiales circunstancias.
Una burbuja supone un aislamiento total y teniendo en cuenta que son cuatro los torneos que debe afrontar Atlético (Liga Profesional, Copa de la Liga Profesional, Copa Argentina y Copa Sudamericana), jamás podría instalarse con sus competidores en un mismo lugar. La NBA se había interrumpido sobre el final de la temporada regular y diseñó un pequeño formato para terminar con esa temporada y arrancar los playoffs. Todos juntos en el mismo lugar.
Las burbujas locales
La modalidad de Boca era sin competencia y con el aislamiento únicamente de su plantel. Claro, el “Xeneize” volverá a jugar oficialmente por la Copa Libertadores la semana que viene y todo estaba armado en base a esa fecha.
El caso de Atlético es diferente: su próximo partido oficial (el primero desde marzo) sería a fines de octubre por la Sudamericana. De más está decir que no se podría encerrar al plantel hasta esa fecha. ¿Qué hay que hacer entonces? Resignación no es la palabra. Aceptación y prevención (como lo viene haciendo) quizás sea mejor. Los casos iban a llegar y llegaron. Las proyecciones de los especialistas hablan de que una buena parte de la población podría contraer la enfermedad en algún momento. Atlético no vive en una burbuja y tampoco vive en una isla.
En la mismísima Liga de Campeones, Diego Simeone se quedó sin Ángel Correa y Sime Vrslajko antes de los cuartos de final en otra burbuja que dio sus resultados: el Súper 8 de Lisboa que terminó coronando a Bayern Munich. En la MLB (liga de béisbol de Estados Unidos) no hay tal burbuja y los viajes de una ciudad a otra se suceden día tras días. Así también los casos de covid-19.
Qué puede mejorarse
Una buena medida sería que los hisopados podrían hacerse todas las semanas, como sí sucede con los tests rápidos pero su fiabilidad no es del 100%. Hasta aquí, las pruebas PCR eran cada 15 días. Nada mal considerando la inversión que representa testear todas las semanas.Pero si hay una instancia para gastar plata con el escenario actual, es esta.
Marcelo Montoya, uno de los médicos del equipo, y responsable de la salud en el tema covid-19, trabaja a destajo desde antes que fuera confirmado en ese nuevo cargo que instauró la Conmebol para cada uno de los equipos. El propio médico advirtió que el lunes volverán a hisoparse, habiendo pasado exactamente una semana desde la última vez. La idea de esos tests es descartar más casos tras los primeros (entre que se los hicieron y salieron los resultados) pero quizás la cotidianidad de la prueba podría instalarse definitivamente.
No se trata de “aprender a convivir con el virus” como tan livianamente se pretende instalar. Se trata de aprender a convivir con las maneras de prevenirlo. Será difícil pero si un equipo pretender entrenar y competir profesionalmente en estas circunstancias, habrá que hacerlo. Y Atlético está dispuesto.