Rodolfo Abella: “el arte produce una modificación en el espectador”

Rodolfo Abella: “el arte produce una modificación en el espectador”

Radicado en Amaicha hace más de tres décadas, el escultor trabaja la figura humana y los animales con raíces, ramas y tarugos. La experiencia suiza. Frida Kahlo.

Enredaderas de raíces sueñan suris. Águilas. Gallos de riña. Caballos. Perros… Las ramas tejen abrazos de nervios. Desnudan una joven amaicheña. Fragmentos de rostros cuerpeando el futuro. La retama teje cuerpos. Primates. Desvelos. Esqueletos que sienten por las hendijas del tiempo. Frida Kahlo enciende su rebelde espera en la silla de la memoria. Almas madereras se mecen en esas manos del corazón. “Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido -ya conocéis mi torpe aliño indumentario-, mas recibí la flecha que me asignó Cupido, y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario...”, los versos de Machado se descuelgan de la voz del Nano. “Jamás pensé en hacer una carrera de licenciatura en arte o algo parecido. Desde los cuatro años, influenciado por mi padre, un hombre al que le gustaba el campo, la agricultura, empecé a fascinarme con todo lo que significaba el campo, allá en Burruyacu. Paralelamente mi hermano Ricardo fue una imagen que yo admiraba, libro que él dejaba en la mesa de luz, empezaba a leerlo y me encantaba. Él hizo teatro y también otras actividades, por supuesto, sí me influyó”, evoca Rodolfo Abella, artista visual, que encontró su lugar bajo el sol de Amaicha del Valle hace más de tres décadas.

- ¿Cómo arranca en serio el metejón con el arte?

- Sin darme cuenta me introduje en la licenciatura en arte. Estaba estudiando agronomía y luego de tres años de estar en la Facultad, había algo que me estaba faltando y era aquello relacionado con estos temas, con el arte, la psicología, y pensaba que probablemente me había equivocado. Mi hermano Ricardo ya estaba en Italia; después de muchas reflexiones cambié de carrera, pasé de agronomía a arte, en el año 80.

- ¿Fued Amin fue tu primer maestro? Al igual que él, ¿qué otros maestros te dejaron enseñanzas valiosas?

- Fued Amin fue mi primer maestro de dibujo, en un taller libre de la Escuela de Bellas Artes, nocturno, mientras yo estudiaba Agronomía. Una persona muy sensible, un gran pintor, un maestro que te acompañaba en tu proceso de aprendizaje, sobre todo una gran persona con la que tuve una muy buena relación. Linares, un artista muy reconocido, admirado y valorado, tenerlo en la Facultad de Artes ha sido una cosa muy importante; además de ser un amigo con el que compartíamos un café en los recreos, rescataba de cada uno de los alumnos algo que le parecía importante, un detalle con el cual cada uno podía continuar y hacer un camino propio. Trataba de que cada uno tuviera su personalidad y reflejara lo que es. A Nobile lo tuve en tercer año en el taller de escultura. Charlé muchísimo con él, una persona muy sencilla, un gran artista, muy concentrado en su obra, que era algo muy personal, íntima, una cosa muy interesante, un gran ser humano. También tendría que nombrar al Turco Dumit y al maestro Dante Cipulli.

- En los 80, ganaste varios premios, especialmente en pintura y dibujo, ¿cuáles eran tus temas, cómo era tu imagen: figurativa, expresionista, abstracta? ¿La escultura nace en Suiza?

- Cuando estaba en la Facultad de Artes estudiando, en 1981, podíamos presentarnos en concursos y gané algunos premios, lo cual fue un gran estímulo; siempre he tenido una imagen figurativa dentro de un expresionismo, se combinan distintos elementos expresivos, abstractos dentro de lo micro, hay distintos elementos que conforman la obra total en su unidad. En 1991, cuando viajo a Suiza, comienzo con la escultura y es cuando esta comienza a desplazar a la pintura, porque al principio hice exposiciones de pintura allí. Comencé luego con esculturas en madera, no me permitía hacer las dos cosas, había ganado un premio con un trabajo en madera y tenía galerías que querían conocer mi taller. Entusiasmado con lo que estaba descubriendo, ensamblando maderas, uniendo distintos elementos con formas continué con eso.

- ¿Cómo surgen las esculturas de animales en tamaño natural? ¿En qué material los hacés? ¿Son autóctonos o hay alguna hidra de Los Zazos por ahí? ¿Abordás otros temas?

- Los temas son los animales, el ser humano, son figuras que me surgían espontáneamente de lo que a uno le impactó desde la niñez, siempre en escala uno a uno. El material con que empecé en Suiza es la madera, pedazos de ramas, raíces que encontraba en el río, que tienen una forma, un color determinado, una textura, elementos que me servían para construir, unir distintas partes que me parecía que pertenecían a alguna obra determinada. Las formas me llamaban la atención, quizás no eran para una figura determinada, pero encontraba maderas con formas. Después fui descubriendo que uniendo estas formas iba apareciendo una figura que decía distintas cosas, dependía de lo que estaba trabajando, entonces fui descubriendo una técnica que fue un ensamblado con tarugo de madera. Descubrí que podía usar los tarugos de madera para ir ensamblando y así fue un proceso que duró un tiempo y que sigue durando, en el cual voy construyendo esta imagen. Los trabajos que hago son figuras humanas y animales en general, hay algunos que son de zona desértica, otro es una reminiscencia que viene de Burruyacu, quirquinchos, sapos… que son maravillosos.

- Has expuesto en Alemania, Suiza, México, ¿qué experiencias rescataste?

- Han sido experiencias distintas. Donde más he permanecido ha sido en Suiza. Rescato la visita a tantos museos, obras de arte reconocidas y vistas personalmente, que no es lo mismo verlas en foto. La feria de Basilea en Suiza es una experiencia importantísima y también rescato el haber hecho mi primera obra escultórica en Suiza y obtener un primer premio con esta técnica de madera que fui descubriendo. Son cosas que me llevaron más tarde a conocer otro museo que me compró una obra, como la Colección del Arte Bruto. México, para mí, fue otra situación bastante importante; fui dos veces, estuve viviendo un tiempo y trabajando en el pueblo Santa Rita de Tlahuapan, fui invitado a exponer por el Museo de Antropología, el Salón de la Plástica Mexicana y la Embajada. Ese año se hizo una muestra de Frida Kahlo en el Museo de Bellas Artes en la cual pude ver la cantidad de obras, cartas y fotos de Frida. Fue muy importante tanto que me inspiró hacer una Frida Kahlo que está actualmente en México.

- ¿Cómo se inserta tu producción en el mundo del arte? ¿Tiene una mirada latinoamericana? ¿Bucea en los mitos?

- Como decía el maestro Linares, no es necesario estudiar demasiado lo que es identidad ni buscar tanto en el afuera porque todas las personas vamos incorporando las vivencias del pasado, del presente, de las relaciones con la gente, de los distintos lugares, nos hacen ser un poco universales, sin fronteras, donde sentimos “lo ajeno” como propio. Linares decía que para qué nos preocupamos tanto, nos afligimos por la identidad, si con mirarnos a nosotros mismos, ahí está nuestro pueblo. Creo que mi lenguaje… a pesar que he incorporado elementos de otras culturas sin darme cuenta y he asimilado, uno no puede arrancarse lo que tiene adentro, lo que mamó desde la cuna. No he tratado de proponerme metas y hacer una obra sobre la base de temas que no fluyeran naturalmente. En mis obras, se refleja no solamente lo vivido en Tucumán, Burruyacu, Tafí, en Amaicha durante los últimos 30 años, lo que uno va viviendo no se lo puede sacar, cosas buenas y otras más difíciles.

- ¿Cuál es tu visión de arte actual donde pareciera ser que todo vale? ¿El mercado maneja el gusto de la gente?

- Entiendo que el arte contemporáneo está sacando al artista del centro, hay distintas posiciones, infinidad de actitudes frente al arte, como en todas las actividades. Podría ver el arte desde el que ejecuta, el que hace la obra y el espectador, son distintas las percepciones. Mi posición al comenzar una obra fue durante mucho tiempo tratar de equilibrar lo que podría ser pensado, reflexionado, analizado, tratar de equilibrar con lo que se escondía detrás de lo que a veces no queremos ver. Muchos artistas tomaron ese camino, uno de ellos fue Francis Bacon que trabajó en ese sentido. Supongo que la misión del arte es la actitud que debe tomar el artista de reflejar la realidad social de su pueblo, esa realidad cada artista la refleja de acuerdo con los lenguajes que le parecen más adecuados. Pero no creo que se pueda negar el valor de los distintos lenguajes, cada uno se identifica con alguno de ellos y le resulta cómodo para su personalidad. El arte produce una modificación en el espectador, algún cambio, es una de las funciones principales de la obra.

- ¿Qué proyectos duermen aún el sueño de los injustos?

- Ahora que ya soy mayorcito, puedo trabajar conscientemente, con mayor reflexión, dejando lo subjetivo un poco de lado porque siempre aparece y sin temores. Cada uno tiene su estructura, su forma, dejando la puerta abierta a lo que sea posible que aparezca dentro del proceso que uno vaya a seguir recorriendo. Lo que acabo de decir tiene que ver con nuestra realidad social, económica, cultural, estamos desprotegiendo bastante a la naturaleza, descuidándonos a nosotros mismos, cuidando cosas que parecieran ser necesarias e indispensables por el mercado y no lo son. Al retirarse de las urbes, puede observar con mayor tranquilidad; como dice el amigo Joan, de lejos, dicen que se ve más claro… Lamentablemente la contaminación del ambiente de la cual uno no puede escapar, la autodestrucción, las injusticias sociales, el racismo, el machismo, todos estos elementos que se siguen repitiendo, cosas que siempre han existido. Me gustaría poder abarcar, todo lleva un tiempo, veremos después de esta pandemia cómo seguimos, deconstruimos todo eso para hacer otro humano.

Una trayectoria

Nacido en San Miguel de Tucumán en 1954, Rodolfo Antonio Abella cursó estudios de pintura en el taller libre de la Escuela de Bellas Artes de la UNT. En 1980 ingresó en la Facultad de Artes de la UNT. Realizó exposiciones en salones de Tucumán, Santa Fe, Córdoba, Jujuy, Salta y Buenos Aires; y en Alemania, México y Suiza. Ha obtenido diversas distinciones, como el 1º Premio en Escultura, Musée des Arts et des Sciences, Saint-Croix (Suiza). Hace 30 años se radicó en Amaicha del Valle.

Rodolfo Abella: “el arte produce una modificación en el espectador”
Tamaño texto
Comentarios
Comentarios