La positividad en los testeos ya supera el 30%

El primer día de la “fase 3” se vivió en Tucumán con sensaciones encontradas. Por un lado, entre el sector gastronómico y el de gimnasios reina la zozobra. Por otro, las autoridades sanitarias observan con extrema preocupación el aumento exponencial de casos de coronavirus. Y, si bien reconocen que las nuevas restricciones ocasionan malestar, sostienen que su aplicación resulta “más necesaria que nunca” ante el escenario epidemiológico hostil.

Una de las principales justificaciones del Ministerio de Salud para la flamante “marcha atrás” es que la incidencia de la covid-19 entre la población tucumana se ha multiplicado por 16 en un poco más de un mes. ¿Qué quiere decir? Que hasta el 23 de julio, en la provincia había seis contagios cada 100.000 habitantes. Exactamente un mes después, ese número ya había ascendido a 68. Las últimas mediciones arrojan que ya sería incluso de 100.

“Cuando uno ve que el aumento de los casos positivos es exponencial, tiene que tomar alguna medida”, justifica el secretario ejecutivo médico del Siprosa, Luis Medina Ruiz, sobre las nuevas limitaciones. De inmediato, arroja otra cifra “de gran preocupación”. “Hasta los primeros días de agosto, la positividad rondaba el 6%. Desde el día 25 se superó el 14% y ayer (por el viernes) alcanzamos el récord de 33% entre unos 700 hisopados”, coteja en diálogo con LA GACETA. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esa tasa -que mide cuántos análisis dan positivos sobre el total de muestras analizadas- no debe pasar el 10% para controlar la crisis.

Existe otro guarismo sanitario que demuestra que el escenario epidemiológico “exige disminuir al máximo la circulación de personas”, remarca Medina Ruiz. El dato es que el tiempo de duplicación de casos de coronavirus se ha reducido en Tucumán y se estaría acercando ya a los 7 u 8 días. “Hasta hace una semana era de 11 días. Un panorama de relativa tranquilidad es cuando está por encima de 20 días. Hoy estamos viendo los contagios de hace unas dos semanas, cuando fueron el Día del Niño y las marchas...”, examina el funcionario médico.

El nuevo escenario

El referente del Siprosa afirma con convencimiento que el aumento exponencial de casos que vive Tucumán por estas jornadas “demuestra que hasta hace dos semanas no había circulación comunitaria del virus”. “Ahora vivimos el peor momento desde marzo. El nuevo escenario demanda un comportamiento distinto -expresa Medina Ruiz-. Le pedimos a la población que comprenda que estamos en una pandemia que, lamentablemente, ocasiona consecuencias nocivas para todos”.

Consultado sobre por qué algunas actividades deben cerrar sus puertas y otras no, como casinos y casas de juego, el funcionario respondió que desde Salud solicitaron las restricciones “para restaurantes, bares y afines”, además de otros sectores. “No sabíamos si estaba incluido”, manifestó. Enseguida, ahondó que las autoridades constataron que “muchos jóvenes” compartían mesas “muy de cerca entre ellos y sin barbijos, como desafiando al virus” en establecimientos gastronómicos. “Esa actividad y los gimnasios son los últimos que se habilitan en todos lados. Aun siendo la provincia con mayor densidad poblacional, teníamos prácticamente todo habilitado”, mira en retrospectiva.

Las tres variables que el Siprosa sigue de cerca -reitera Medina Ruiz- para evaluar si es necesario aplicar más restricciones son el aumento diario de casos, el comportamiento ciudadano y la ocupación de camas críticas. “No tenemos que esperar a que la última esté mal, porque puede ser demasiado tarde”, insiste. Por último, menciona que Tucumán “está cerca” de que cualquier cuadro respiratorio sea por covid-19 y que los resultados de la “fase 3”se podrán percibir dentro de 15 días “si la gente cumple las medidas”.