El escritor y crítico literario español Jorge Carrión atravesó la irrupción de la cuarentena, impuesta ante la pandemia que paralizó el mundo, escribiendo “Lo viral”, un libro que define como falso diario y que puede leerse como un cruce entre el ensayo y la crónica, con reflexiones y lecturas acerca de una transformación social que aún no terminó.
“Cuento, en paralelo, la pandemia biológica y la digital”, explica Carrión (Tarragona, 1976) en una entrevista con Télam sobre su reciente libro, editado por Galaxia Gutenberg, y escrito entre noviembre de 2019 y mayo de este año.
En las primeras páginas, el autor asegura que estamos asistiendo al comienzo del siglo XXI y, a medida que avanza su proceso de escritura, crece esa idea desde el análisis de ficciones cinematográficas o literarias, citas de artículos periodísticos o fragmentos retomados de otros diarios.
Carrión, también autor de “Librerías”, “Los huérfanos” o “Los turistas”, combina sus análisis con su experiencia como hijo, padre, esposo, vecino, amigo y docente para dar lugar a un registro potente y riguroso sobre un tiempo en el que asevera que “la paciencia se dilata” y “el futuro se pospone”.
- En una entrevista por tu libro anterior, “Contra Amazon”, decías que se aceleraba la digitalización del mundo y en “Lo viral” esa digitalización parece imponerse como algo central para atravesar este tiempo. ¿Cómo ves ese proceso a mediano plazo?
-La viralidad, lo digital, lo virtual se han impuesto en esferas de la realidad (como la tercera edad o la educación infantil) donde no estaban muy presentes. Digamos que si el vehículo avanzaba a velocidad cinco sobre 10 hacia su pixelación completa, ahora avanza a velocidad siete u ocho En este 2020, lo que digo en “Contra Amazon”, un libro de 2019, en clave distópica, de ciencia-ficción, se ha vuelto parcialmente realidad. Los algoritmos y las plataformas se han vuelto súperpoderosas y omnipresentes.
- Planteás que el género natural de estos tiempos es el diario íntimo y definís “Lo viral” como un falso diario. ¿Por qué?
- En momentos excepcionales todos tendemos a escribir un diario, clásico u on-line. Durante el amor adolescente o durante el duelo por una pérdida importante, por ejemplo. Enseguida nos dimos cuenta de que vivíamos una época histórica, en marzo de este año, y se activaron las escrituras de millones de diarios. Cuando me di cuenta de que no tenía sentido que yo siguiera esa tendencia global, si quería que el texto tuviera interés general, fuera publicable, y sobre todo me interesara escribirlo, completarlo, decidí dar un giro de 180º al proyecto y convertirlo en una reconstrucción. Todo lo que cuento es real, documental, digamos, verdad. Pero creo una cronología, mediante los mecanismos de la ficción, que comienza el 17 de noviembre de 2019, es decir, casi cinco meses antes de que empezara a escribir realmente el diario que el lector está leyendo. Y cuento, en paralelo, la pandemia biológica y la digital.
- Justamente en esta era de proliferación de redes sociales y plataformas, sostenés que la paradoja es que parece haber mucho espacio de publicación pero no de reconocimiento. ¿Cómo sería eso?
- Todos somos creadores. Todos publicamos. Fotos y dibujos en Instagram, textos en Facebook o en blogs, videos en YouTube o en Vimeo, libros en Amazon. Todos tenemos algunos likes y algunos comentarios, incluso algunos ingresos, simbólicos o monetarios. Pero no existen premios, mecanismos de prestigio, recompensas económicas para todos. El hecho de que nos hayan vendido que todos podemos ser fotógrafos o escritores de éxito provoca mucha frustración. Habría que recuperar la idea y la práctica de la afición, el hobby sano, por amor a la artesanía o a la colección, o al placer, sin esperar nada a cambio.
- En “Los muertos”, desde la ficción, analizabas la transición del siglo XX al XXI y el potente comienzo de este libro retoma ese tránsito, esta vez desde otro género y con la pandemia mediante. ¿Cómo dirías que dialoga este libro con esa ficción?
- Por un lado, en efecto, en “Lo viral” vuelvo a hablar de cine y de televisión, como hice en “Los muertos”. Y de duelo. Bueno, y de una pandemia. Ambos libros trabajan obsesiones parecidas. Pero “Lo viral” responde, con desconcierto, a una realidad que ha superado a todas las ficciones precedentes. O todas menos una, la película “Contagio”, que analizo en el libro, porque me parece un brillante ejercicio de realismo de anticipación.
-En el final del libro apuntás que esa nueva normalidad es un nuevo subgénero de la ciencia ficción o del terror. ¿Cómo avizorás esa nueva normalidad?
- En España la vida cotidiana da mucho miedo. Todos con mascarillas, todos pendientes del rebrote, todos tensos porque aquel tosió, el otro abrió la ventanilla del autobús y la otra no respetó en la terraza o en la playa la distancia de seguridad. El terror, no obstante, es institucional. En la mayoría de los países del mundo, empezando por los Estados Unidos, los presidentes no están a la altura de las circunstancias. Muchos son terroríficos. Algunos de ellos, como Bolsonaro, aprovechan la crisis para incrementar la intensidad de la violencia contra la naturaleza, como ocurre en la Amazonia. Creo que fue un acierto que la última palabra del libro fuera “terror”, porque lo mantiene activo, actual.
- A lo largo del libro hay muchas lecturas que señalás que funcionaban como advertencias que no vimos, pero también parece destacarse la importancia de la ficción escrita o audiovisual para dar cuenta del mundo que comenzamos a habitar...
- Me temo que ya no hay libros que sean capaces de cambiar la realidad. Porque, en efecto, hubo muchos libros, muchos artículos, incluso videos y documentales que nos advirtieron que esto podía ocurrir. Y no pasó absolutamente nada. En cualquier caso, ahora empieza otra fase, que va a ser la contraria. Se están publicando cientos de libros sobre epidemias, virología, políticas públicas en tiempos de crisis, vivencias pandémicas: ¿van a conseguir que dentro de unos años evitemos la propagación de otro nuevo virus letal? Tengo mis dudas.
- Por último, contás cómo la escritura de este falso diario fue avanzando y cómo ocupaba un lugar en tus días ante la irrupción de la cuarentena. ¿Cómo fue esa experiencia en perspectiva y cómo fue decidido el cierre?
- A mí me ayudó a mantenerme despierto, alerta, curioso, autoexigente. Durante los últimos meses he trabajado muchísimo, por miedo al futuro, por miedo a la crisis económica, pero también para sentirme útil, entero. Escribir el libro me ayudó a sobrevivir psicológicamente. Ahora tendré que encontrar otros mecanismos, porque la cuarentena fue solamente una etapa de una carrera de fondo. A ver qué escribo ahora.