El astro argentino Lionel Messi imprimió hoy un giro en su estrategia de salida del Barcelona, tras el cimbronazo provocado por el burofax rupturista que envió el martes último pidiendo irse gratis, y ahora solicitó una reunión con los directivos del club para negociar y evitar una guerra judicial.
El cambio llega mientras el capitán argentino y leyenda azulgrana mantiene un estricto silencio, un día después de que el presidente del Barcelona, Josep María Bartomeu, ofreciera su renuncia para que se quede en el club, en un intento desesperado para evitar su partida, algo que parece lejos de poder concretarse.
La idea del "10" sigue siendo marcharse y si bien entendió que el club al que llegó con 13 años y con el que tiene una relación de dos décadas no lo dejará irse gratis, cree que podría negociar una rebaja de la imposible cláusula de 700 millones de euros que lo encadena.
Sin embargo, la directiva del club considera que es intransferible y por ahora no se movió de esta posición.
El máximo goleador histórico del Barcelona está decidido a poner fin a la relación con la institución pero "no quiere que el conflicto se enquiste ni se convierta en una batalla contra Bartomeu", asegura El Periódico de Cataluña, que adelantó la noticia del pedido de Messi a sus agentes para que organicen una reunión con el club.
La prensa catalana coincide en que Messi no se olvidó del club en el que pasó toda su vida y busca que su salida deje las menores heridas posibles.
El desenlace de la historia que mantiene en vilo al fútbol mundial sigue abierto, a la espera de que se confirme si tendrá lugar el encuentro entre Bartomeu y el padre y representante del astro argentino, Jorge Messi, quienes podrían contactar vía telemática de forma inminente.
La otra posibilidad es que se reúnan el domingo, cuando Jorge Messi tiene previsto llegar a Barcelona procedente de Argentina.
Tres días después de que el Barcelona recibiera el burofax de Messi, las expectativas siguen puestas en la posibilidad de que el capitán del seleccionado argentino hable públicamente para dar alguna explicación respecto de su decisión.
Además, las miradas están dirigidas a lo que pueda ocurrir el próximo domingo, cuando todo el plantel del Barcelona, incluido obviamente su capitán, está convocado en la Ciudad Deportiva de Sant Joan Despí para las pruebas médicas y test de coronavirus previos al inicio de la pretemporada, que comienza el lunes bajo las órdenes del nuevo entrenador, el neerlandés Ronald Koeman.
"Messi no comunicó nada nuevo al club, con lo que más allá de las dudas y especulaciones, se lo espera el domingo para las pruebas", dijo hoy a Télam una fuente de la entidad "azulgrana". El astro, en principio, tiene previsto acudir, precisamente para no agregar tensión a la situación.
En la víspera, Bartomeu, señalado como el culpable de la partida del astro argentino, hizo saber a través de la prensa local que se ofrecía a dejar la presidencia del "Barsa" si Messi se lo pedía públicamente y se comprometía a quedarse en el club catalán.
El desafío lanzado por el directivo del Barcelona no tuvo respuesta por parte del "10", quien se muestra decidido a abandonar el club de toda su vida, en el que se convirtió en una leyenda, con la intención de formar parte de un proyecto deportivo más competitivo, siendo el Manchester City su preferencia, de acuerdo con distintas fuentes consultadas por Télam.
La traumática eliminación frente al Bayern Múnich con histórica goleada incluída por 8-2 en la Champions League fue el golpe definitivo que empujó a Messi, de 33 años, a plantearse una salida hasta hace poco impensada, a pesar de que el último año estuvo marcado por desencuentros con la actual cúpula directiva del Barcelona.
A pesar de que la oposición a Bartomeu está cerca de concretar una moción de censura en su contra, impulsada por varias plataformas que cuentan con el apoyo de figuras de gran peso como el expresidente culé Joan Laporta, a esta altura es difícil pensar que la salida del actual máximo directivo vaya a hacer cambiar de opinión a Messi.
Con el envío del burofax en el que pidió activar la cláusula de libertad que le permitía salir gratis del club al término de la temporada, un plazo que según el club expiró el 30 de junio, el crack rosarino provocó un shock en el Barcelona.
Mientras la directiva busca planes para retenerlo, Messi confía en conseguir el "transfer" de la FIFA para forzar al club a aceptar un acuerdo con alguno de los pocos grandes de Europa que tienen capacidad de forzar su maquinaria financiera para contratarlo atendiendo a los límites del "fair play" financiero.
De acuerdo con distintas fuentes, el Manchester City y el PSG, en este orden, son los que más posibilidades tienen de hacerse con los servicios del mejor jugador del mundo.
El equipo de Guardiola prepara una oferta de 100 millones de euros, más Gabriel Jesús, Eric García y Bernardo Silva, algo que el Barcelona no aceptaría, según la prensa local.
Mientras Messi sigue en el foco, el Barcelona debe resolver el futuro de su plantel huérfano ante la eventual salida del capitán, y sin uno de sus máximos referentes en el ataque después de que Koeman informó al uruguayo Luis Suárez que no contaba con él.
El DT neerlandés, en cambio, comunicó a Piqué y Busquets que contaba con ellos para su proyecto, al igual que al delantero francés Griezmann, a quien habría convencido de que no se fuera del club, donde le prometió un lugar protagónico. (Télam)