El domingo 29 de marzo, Alberto Fernández anunció la primera de las numerosas extensiones del aislamiento social obligatorio en nuestro país, dictado por primera vez a mediados de ese mes. Allí, además de marcar el camino de comportamiento que debíamos adoptar en lo inmediato, el Presidente -obligado por el brote de la covid-19- también lanzó premisas que miraban al futuro y no precisamente de una manera optimista.
“Los espectáculos masivos están en la última fila (para volver a realizarse)”. “De la economía se vuelve, de las muertes no se vuelve más. De la caída del PBI se vuelve, de la muerte no”. Aquellas apreciaciones se escucharon fuerte y claro en los oídos de todos los podían darse por aludidos, que entendieron la gravedad de la situación sanitaria pero a su vez, sufrían por lo que esto generaría.
Entre ellos estaban Mario Leito y Roberto Sagra, presidentes de Atlético y San Martín. Los dos clubes más importantes de la provincia se anoticiaban con esos anuncios que tardarían muchísimo en organizar un partido con público en las tribunas de 25 de Mayo y Chile o en La Ciudadela.
Las recaudaciones son uno de los recursos “naturales” que los clubes tienen para llenar sus arcas y hoy, cinco meses después, nadie puede asegurar que hasta fin de año vayan a poder recibir una. Saber cuánto los ha herido la pandemia, cómo mantienen con vida a su economía desde entonces y cómo seguirán haciéndolo es importante.
¿Cuánta plata perdieron? La pregunta carece de sutileza pero es el primer indicador a la hora de medir la salud de sus economías. Las instituciones no sufrieron de la misma manera por lo que la pregunta debe ser contestada por separado. Lo que sí es común a ambos es la manera de recaudar: la mayoría de los clubes de fútbol se nutre económicamente de cuatro recursos: las recaudaciones, los ingresos por parte de la televisión, los sponsors y las ventas o préstamos de sus jugadores.
Analicemos una por una.
En Atlético, Leito establece un promedio de alrededor de 15.000 entradas vendidas por partido. En algunos partidos más y en otros menos pero el promedio es ese. Fijando en $ 500 una entrada también promedio y sabiendo que durante la Copa de la Superliga iban a jugarse seis partidos en el Monumental, el cálculo es el siguiente: “hemos dejado de cobrar no menos de $ 30 millones”, admite Leito. Algunos hinchas ya habían comprado sus abonos para toda la temporada pero la dirigencia les compensará los partidos cuando puedan asistir al estadio. $ 30 millones es un número fuerte para empezar las cuentas.
Para colmo, si el fútbol no regresa en lo que va del año, a esa cifra deberán ir aumentándosele ceros. Sin embargo, se trata de la única fuente de pérdida para Atlético en estos meses. Veamos por qué. La televisión siguió pagándole hasta junio (incluido) los $ 16 millones por mes que le correspondían tras haber finalizado quinto en la última Superliga. El monto bajó desde julio, porque terminó decimoquinto esta vez. “Por eso nos interesa lo que se resuelva del partido que no se jugó ante River”, admite Leito. En julio y agosto recibió $ 13 millones en cada uno y si le dieran por ganado ese duelo al que el “Millonario” no se presentó, acabarían recibiendo más.
Los sponsors también siguieron pagando. Con algunos problemas y asteriscos propios de la situación pero lo hicieron. Incluso algunos lo habían hecho de forma anticipada.
Por último, durante la pandemia, Atlético prestó a Leandro Díaz a Estudiantes de La Plata hasta diciembre de 2021. El club recibió dinero por la operación aunque aún no fue dado a conocer el monto. Su opción de compra supera U$S 1, 5 millón, de lo que Atlético recibiría el 50%.
Hasta aquí los ingresos. ¿Y los egresos? Según el propio presidente “decano”, los sueldos a todos los empleados del club y a los jugadores con contratos medios o bajos, fueron abonados en un 100%. Apoyado en AFA, el club tuvo la opción de bajar un 25% de los sueldos de todos los jugadores pero decidió hacerlo (con el aval del plantel) con los de sueldos más altos. “De lo que acordamos, cumplimos nuestras obligaciones en un 100%”, explicó Leito.
No parece un mal balance para Atlético que capeó el temporal como pudo y lo hizo bien. “Siempre dijimos que éramos un club ordenado, saneado y al día. No siempre se puede corroborarlo fehacientemente pero llegó la pandemia y nos puso a prueba. Creo que se comprobó que lo somos”, agregó.
En San Martín, la historia es sumamente diferente. Al panorama lo viene pintando el propio Sagra desde hace tiempo y está claro que la preocupación no es solo deportiva. “Después de esto San Martín quedará en una situación de gravedad económica. En junio nos quedamos sin recursos para renovar el plantel. Yo estoy haciendo un aporte personal para que estos cuatro meses el club pueda subsistir”, declaró el presidente días atrás.
Hasta antes del parate por la covid-19, tenía un balance prácticamente cerrado con $ 5 millones de superávit. La cuestión ahora dio un giro tremendo: el balance arroja actualmente $ 20 millones de déficit.
Como decíamos, las fuentes de ingresos sí se repiten. El “Santo” también perdió no menos de $ 30 millones al no poder jugar los cinco partidos de local que tenía previsto para completar la Primera Nacional. Como mínimo, hubiese jugado uno más si llegaba a la final o si lo hacía en el reducido. Las recaudaciones incluso podrían haber superado el promedio por la instancia en la que estaba el equipo.
La TV le pagó hasta junio lo que le correspondía pero la cifra se queda corta con las necesidades del club: $ 3 millones por mes. A partir del mes pasado, la incertidumbre sobre lo que pasará con el club hace que no reciba dinero de una u otra categoría. Incluso Sagra envió una nota a AFA pidiendo ser alcanzado por los cálculos a la hora de programar el presupuesto de derechos de TV para la Liga Profesional. Pedido que no fue atendido.
Los sponsors representaban en Bolívar y Pellegrini hasta la suspensión de toda la actividad, $ 4 millones por mes. Desde abril hasta ahora, pagaron pero también con algunos problemas. Podría decirse que acompañaron pero, por supuesto, no como lo hubiesen hecho en competencia.
En cuanto a los egresos, Sagra abonó el 50% de los sueldos del viejo plantel y sus entrenadores mientras que pagó la totalidad del de los empleados que trabajan en el club. Una razón más para creer que la situación no es fácil en Ciudadela. Y no hablamos de lo deportivo.