Viajes pospandemia: los monasterios son la alternativa para el turismo religioso

Viajes pospandemia: los monasterios son la alternativa para el turismo religioso

Los sitios ideales para encontrar paz, naturaleza y buena gastronomía cuando se pueda volver a viajar dentro del país. Cómo buscar asesoramiento.

RETIRADOS. Los monasterios no son ni hoteles ni restaurantes pero las hospederías brindan una experiencia única. RETIRADOS. Los monasterios no son ni hoteles ni restaurantes pero las hospederías brindan una experiencia única.
17 Agosto 2020

Los monasterios, con su ambiente de austeridad, sus variadas exquisiteces y la hospitalidad por regla, son para el turismo de fe una alternativa a las grandes y famosas propuestas multitudinarias, acorde con la nueva tendencia del turismo religioso pospandemia, consigna Télam.

La mayoría de las abadías son de la orden de los benedictinos, cada una con su particularidad, tanto en el servicio para el turista como en las características litúrgicas y normas para quienes los visitan o duermen en sus hospederías.

En algunas hay que reservar turno de visita con dos años de anticipación, en otras la condición es el absoluto silencio, están las que ofrecen misa sólo en latín y cada cual tiene una especialidad gastronómica, aunque no son hoteles ni restaurantes.

Están en varias provincias, pero no hay un circuito establecido para el turista, que puede organizar su visita con información previa que brinda cada monasterio o con asesoramiento del Ministerio de Turismo y Deportes (Minturdep) o de la Comisión Argentina de Turismo Religioso, que es un ente público privado.

Tres destinos, un tour

La referente técnica en Turismo Religioso del Minturdep, Claudia Boente, mencionó el caso de un tour que incluye las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos. Se parte desde el santuario de San Nicolás, de allí se hace una visita turística a Rosario para culminar en la Abadía del Niño Dios, de los benedictinos, en un paisaje de lomas verdes y arboladas, cruzadas por arroyos y riachos.

El monasterio cuenta con hospedería y casa de retiro, El abad designa a los monjes que pueden hablar con los visitantes, para conservar el sistema de clausura. Además hay un espacio de ventas de miel, jalea real, polen, propóleos, dulce de leche y licor monacal, que es una bebida digestiva dulce o seca, hecha con 74 hierbas y con una graduación alcohólica de 44.

Otros monasterios

Los productos monacales se venden en muchos templos benedictinos, como la Abadía de San Benito del barrio porteño de Belgrano. En la provincia de Buenos Aires se destaca el monasterio de Los Toldos, que muchos combinan con un paseo por el sitio arqueológico mapuche que dio el nombre a la población y por la casa natal de Eva Duarte de Perón. Se caracteriza por su dulce de leche y su queso gouda.

A 50 kilómetros de Azul se encuentra el monasterio trapense Nuestra Señora de los Ángeles, que da turnos con dos años de anticipación para una visita con estadía, porque es chico y tiene pocos lugares. Pueden ir matrimonios u hombres solos. En esta abadía se debe hacer estricto silencio. Los visitantes disponen de un parque y pueden ingresar a la Casa de Retiros y a la iglesia para participar de la misa y otros oficios, pero no al monasterio.

Hospitalidad

Boente aclaró que los monasterios no son hoteles ni restaurantes turísticos, aunque reciben turistas y otros visitantes, porque uno de sus principios es la hospitalidad, y porque consideran que todo huésped es Cristo que llega y debe ser bien recibido”.

Otro monasterio particular bonaerense es el femenino benedictino de Santa Escolástica, en Victoria, donde las monjas hacen pastelería y la gente va para Pascua a comprar budines, chocolates, huevos y pan de fruta, y a fin de año venden repostería alemana. También está la Abadía Nuestra Señora de Luján, que tiene hospedería y se encuentra a 7 kilómetros de Luján Es de normas estrictas, con silencio absoluto y la liturgia totalmente en latín, y entre sus productos se destaca el lemoncello.

Dulces y medicinas

Entre los monasterios de otras provincias, Boente mencionó el de Cristo Rey, en El Siambón, Tucumán, cuyas especialidades son los productos en base a miel y es la fitoterapia, -gotas medicinales a base de hierbas- y el de Suyeque, en San Luis, en cuya tienda venden productos de artesanos de la zona. En la aldea entrerriana María Luisa está el monasterio Nuestra Señora del Paraná, que se destaca por sus zapallos, batatas e higos en almíbar, y en Arredondo, Córdoba, la Abadía Gaudiun Mariae tiene una pequeña pero buena hospedería, para cuatro o seis personas.

Boente explicó: “todos los monasterios tiene un ritual, que es cuando el prior entra y toca con los nudillos tres veces el banco (a veces sólo una), y entonces los monjes se levantan porque da inicio la misa o la oración, y al huésped le dan el libro de la oración para maitines, laudes, vísperas, tercias y otros oficios”.

La funcionaria indicó que desde el Minturdep se brinda asesoramiento en turismo religioso a través del correo [email protected].

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